17 de octubre de 2021
1392 • AÑO XXIX

INICIO - Signo y Gracia

Teología de los sacramentos 

Culto y ética 

En el Antiguo Testamento hay una unión entre culto y ética, que se deduce de la naturaleza del memo­rial litúrgico. Si el memorial es la actualización de la alianza, la alianza comporta una presencia salvífica de Dios y unos compromisos morales libremente aceptados por el pueblo.

“Todo el pueblo respondió diciendo: Haremos todo cuanto ha dicho Yahvé” (Ex 19,8; cf. Dt 5,27; Jos 24,21-24). Las “palabras” de la alianza son los diez mandamientos (Ex 34-28). La alianza cristaliza en un ordenamiento jurídico que es el Decálogo (Ex 20, 1-21), en un código de deberes que es el código de la alianza (Ex 21-23). Celebrar, por tanto, el memorial litúrgico de la alianza será para el pueblo renovar libremente sus compromisos morales de obediencia a las estipulaciones de la alianza; observar la Pascua (cf. Ex 13,3); obedecer a las órdenes de Moisés (cf. Jos 1,13).

TENSIÓN ESCATOLÓGICA DEL CULTO
El pueblo hebreo tiene una comprensión lineal del tiempo y considera la historia como teofanía. Su Dios es Dios del mundo, pero también es Dios de la historia y en ella se manifiesta sin estar sometido a los ciclos cósmicos, con lo que convierte a la vida humana en algo directa y libremente dirigido por Él hacia una meta final. La salvación del pueblo por Dios se desarrolla según una sucesión progresiva de acontecimientos, razón por la cual se denomina “historia de la salvación”. Es el pueblo judío que vive de la promesa divina: una numerosa descendencia, una tierra fértil, la liberación de la esclavitud, el Reino de Israel, el futuro Mesías, el don del Espíritu... Por eso es un pueblo proyectado siempre hacia el futuro donde tendrá cumplimiento la promesa. Mientras tanto permanece y vive siempre en trance de expectación y de ansiedad entre una situación que abandona o Éxodo (la tierra de Ur, el país de la escla­vitud de Egipto, la metrópoli de la cautividad en Babilonia, etc.) y una meta a la que se dirige (la tierra incógnita o la patria amada). Entre medias se encuentra en un estado de peregrino por el desierto. En este trance lo que el judío necesita es encontrar el camino en la marcha ascendente hacia un destino marcado por Dios y que Él hace en su historia. Los acontecimientos están en manos de Dios y tienen sentido, van hacia alguna parte. Descubrir ese sentido es ponerse en camino.

CULTO E HISTORIZACIÓN DE LOS SIGNOS NATURALES
Distinguiendo entre signo y significado de las acciones cultuales, constatamos que la evolución se da en el significado, permaneciendo el signo ritual fundamentalmente el mismo, salvo algunas variantes, incluso hasta en el culto cristiano.

La revelación del plan de Dios en la historia no desemboca en la creación de un culto absoluta­mente nuevo, en la determinación de un ritual inédito, caído del cielo bajo el dictado de alguna inspiración. Existe continuidad entre el punto de partida del rito humano y el rito revelado judío o cristiano; existe, pues, una especie de fidelidad de la gracia al dato de la naturaleza.

Ignacio Fernández González
Sacerdote Diocesano