17 de octubre de 2021
1392 • AÑO XXIX

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12 de octubre

La Virgen como garante de unidad en el Día de la Hispanidad

El pueblo y las autoridades políticas visitaron la Capilla Real para conmemorar el Día de la Hispanidad. Este 12 de octubre se celebró una Eucaristía que presidió el Arzobispo de Granada, que culminó con la tremolación del estandarte y la ofrenda floral en la cripta de los Reyes Católicos.

Granada vivió el pasado martes uno de sus grandes días de fiesta. Junto con el día de San Cecilio y el de la toma de Granada, el día de la Hispanidad es otra de las efemérides de especial relevancia para la historia granadina.

En ese altar mayor situado frente a la cripta de los Reyes Católicos tuvo lugar la Santa Misa celebrada bajo la advocación de la patrona nacional, la Virgen del Pilar, como madre de toda la Hispanidad. El Arzobispo de Granada destacó cómo es la devoción a la Virgen uno de los símbolos de unidad de la cultura hispanoamericana. “De los dos o tres símbolos que siguen uniendo a todos los pueblos de España, uno evidente es sencillamente la devoción a la Virgen. Tiene mil advocaciones, mil circunstancias y ocasiones locales y hasta ritos y tradiciones locales, pero nos une a todos la devoción a la Madre de Cristo”.

Recordó que la Madre de toda la Iglesia es al mismo tiempo su mejor modelo: esa mujer que dijo que “sí” al amor de Dios. Frente a la herencia cultural de la Ilustración que asegura que es el interés propio el que mueve la Historia, el Arzobispo resaltó que es el amor el que la hace progresar verdaderamente. “¡Es el amor! Justo aquello que nos hace imagen de Dios, justo aquello de lo que no podemos prescindir en primer lugar, porque una vida sin amor se hace una vida invivible, indigna de ser vivida verdaderamente”, afirmó.

UNA HISPANIDAD IMBRICADA EN LA EVANGELIZACIÓN
El día de la Hispanidad se imbrica directamente con la fiesta mariana del Pilar. “La Hispanidad está tan imbricada con la catolicidad que es imposible unirlas e identificarlas totalmente, pero es imposible separarlas”, aseguró Mons. Martínez.

La aventura del descubrimiento va engarzada igualmente a la gesta de la evangelización, marcada por la vida de grandes santos que llevaron la Buena Noticia a los últimos confines del mundo conocido, bajo la pauta de que los indios habían de ser tratados con esa consideración determinada por el testamento de Isabel la Católica.“Yo sé que en toda conquista hay mil pecados. En cualquier hecho histórico un poco más grande o que implique a más personas, pues claro que hay pecados y claro que con gusto pedimos perdón por ellos”, dijo el Arzobispo. “No nos escandaliza el hecho, pero al mismo tiempo hay que reconocer que, hasta en la misma conquista, no tuvo nada que ver la conquista de un pueblo como el pueblo español a las conquistas por ejemplo hechas en el mundo anglosajón, donde se tardaron casi dos siglos en pensar que los indios tenían alma y eran seres humanos”, concluyó.

El Arzobispo quiso terminar invitando a todos a no vivir del pasado, a no lucir el orgullo de su tradición sin hacerla presente ahora de alguna manera. “No nos conformemos con aplaudir nuestro pasado. No hay que aplaudir a los santos, hay que pedirle al Señor que nos conceda no ser demasiado indignos de nuestros padres en la fe”.

Tras la Eucaristía, uno de los concejales del ayuntamiento llevó a cabo la Tremolación del estandarte al ritmo del himno nacional, después del cual se procedió al canto del Te Deum.

El acto concluyó con la tradicional ofrenda floral en la cripta real de los Reyes Católicos, que contó con la presencia del alcalde, la subdelegada del gobierno, el general del MADOC, además del Arzobispo y el deán de la Catedral.

Ignacio Álvarez