30 de mayo de 2021
1381• AÑO XXIX

INICIO - Signo y Gracia

Teología de los sacramentos  

Niveles de la sacramentalidad de la Iglesia

La Iglesia es Sacramento por su realidad y misterio; porque prolonga, representa y manifiesta visible­mente la salvación de Cristo glorificado, el don escatológico e invisible del Espíritu de Cristo.

 NIVEL ONTOLÓGICO
La Iglesia es Sacramento por su ser, por su realidad y misterio.

La Iglesia es sacramento por su ser, por su realidad y misterio (nivel ontológico); porque pro­longa, representa y manifiesta visiblemente la salvación de Cristo glorificado, el don escatoló­gico e invisible del Espíritu de Cristo.

El Vaticano II ha valorado los dos aspectos (espiritual-humano) que constituyen el misterio de la Igle­sia y explican su verdad sacramental en relación con Cristo sacramento.

“Cristo, mediador único, estableció su Iglesia santa, comunidad de fe, de esperanza y de caridad en el mundo como una trabazón visible, y la mantiene constantemente, por la cual comunica a todos la ver­dad y la gracia. Pero la sociedad, dotada de órganos jerárquicos, y el Cuerpo místico de Cristo, reunión visible y comunidad espiritual, la Iglesia terrestre y la Iglesia dotada de bienes celestiales, no han de considerarse como dos cosas, porque forman una realidad compleja, constituida por un elemento hu­mano y otro divino. Por esta profunda analogía se asimila al Misterio del Verbo encarnado. Pues como la naturaleza asumida sirve al Verbo divino como órgano de salvación indisoluble unido a Él, de forma semejante la unión social de la Iglesia sirve al Espíritu de Cristo que la vivifica, para el incremento del cuerpo”. (LG 8)

Así, pues, la Iglesia, de modo semejante a Cristo, es humana y divina a la vez. Su misterio consiste en que en ella hay elementos divinos como la salvación, el don escatológico del Espíritu, “alma de la Igle­sia”, la gracia de los sacramentos y elementos humanos, como su estructuración visible, su organiza­ción externa, su acción Social. “Es característico de la Iglesia ser, a la vez, humana y divina, visible y dotada de elementos invisibles, entregada a la acción y dada a la contemplación, presente en el mundo y, sin embargo, peregrina, y todo esto de suerte que en ella lo humano esté ordenado y subordinado a lo divino, lo visible a lo invisible, la acción a la contemplación y lo presente a la ciudad futura que buscamos”. (SC 2)

La Iglesia es Sacramento por su realidad y misterio; porque prolonga, representa y manifiesta visible­mente la salvación de Cristo glorificado, el don escatológico e invisible del Espíritu de Cristo. Esto hace de ella un sacramento en su totalidad: como Iglesia jerárquica y como pueblo de Dios; en el ejercicio de su función ministerial y de su función carismática; en sus manifestaciones externas, y en su vida interna... El ser y la acción global de la Iglesia es sacramental.

Ignacio Fernández González
Sacerdote Diocesano