Miércoles Santo, 31 de marzo 
Domingo de Resurrección, 4 de abril de 2021

1373 • AÑO XXIX

INICIO - Testimonio

Józef y Wiktoria Ulma y sus siete hijos

La belleza de la santidad en la familia mártir

“Los samaritanos de Markowa”, Jósef y Wiktoria Ulma fueron asesinados por los nazis junto a sus siete hijos por dar cobijo en su granja a otros ocho judíos en 1942. Recibiendo el martirio por parte de los soldados alemanes, recientemente el Vaticano ha decidido que comience el proceso de beatificación de la familia Ulma.

Jósef Ulma nació en 1900 en la localidad polaca de Markowa, también su esposa Wiktoria Ulma era de Markowa, ambos se casaron en 1935. Durante sus nueva años de matrimonio tuvieron seis hijos: Stanisława, Barbara, Władysław, Franciszek, Antoni y María. Su séptimo hijo hubiera nacido en la primavera de 1944. Dada su amplia familia, los Ulma tenían planes de mudarse a Wojsławice cuando la II Guerra Mundial truncó sus planes.

Fue en el amanecer  del 24 de marzo de 1944 que la policía nazi irrumpió por la fuerza en el domicilio de los Ulma, donde habían acogido a otros ocho judíos, otra familia formada por un vendedor de ganado y sus cuatro hijos, además de Golda Grünfeld y Layka Didner con su hija. Los refugiados fueron los primeros en ser ejecutados seguidos de Józef y Wiktoria, de 44 y 32 años respectivamente. Wiktoria estaba embarazada.

Unos minutos después, el comandante del escuadrón, el teniente Eilert Dieken, dio orden de disparar también a los niños, para que “la comunidad no tenga problemas”. Algunos días más tarde, bajo la protección de la noche, unos pocos hombres del pueblo desenterraron los cuerpos de los Ulma y los enterraron en féretros.

PROCESO DE BEATIFICACIÓN
En 1995 Józef y Wiktoria recibieron a título póstumo la medalla de Justos entre las naciones. Desde el año 2003 estaban incluidos en el grupo de 122 mártires polacos de la Segunda Guerra Mundial cuyo proceso de beatificación ya había empezado.

En marzo de 2017, la Congregación para las Causas de los Santos, de la Santa Sede, decidió honrar la petición del arzobispo Adam Szal de Przemyśl y excluir a la familia Ulma del proceso colectivo, lo cual supone que los pasos posteriores del proceso se realizarán independientemente.

Pronto sabremos el nombre del postulador que representará a la archidiócesis de Przemyśl en el dicasterio romano que se encargará de la preparación de una positio, el archivo que contenga testimonios y documentos confirmando que los Ulma murieron mártires.

El caso de elevar a toda una familia a los altares no tiene precedentes en la Iglesia.