8 de diciembre de 2019
1308 • AÑO XXVIII

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Dedicación del templo

Alegría y expectación en la bendición de la nueva Iglesia
de Nuestra Señora del Pilar

En una multitudinaria celebración la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar fue inaugurada y bendecida por nuestro Arzobispo, Mons. Javier Martínez, el sábado, día 30, en una primera Eucaristía en la que participaron decenas de fieles.

Los vecinos del barrio de Albayda esperaban el sábado, día 30, con alegría y expectación ante las puertas de la nueva parroquia de Nuestra Señora del Pilar el inicio de la celebración de bendición que comenzó a la entrada del templo con las palabras de bienvenida de Mons. Javier Martínez acompañado por el Vicario Territorial de la Zona I, D. Francisco Tejerizo, y por el párroco, D. Jesús Hurtado, entre otros sacerdotes del clero diocesano.

De esta forma la multitud se desplazó al interior del templo donde tuvo lugar el inicio de la celebración de bendición de la parroquia que comenzó con las palabras del arquitecto y el equipo técnico a quienes el arzobispo también dio las gracias por su trabajo y esfuerzo desde que comenzaran las obras el pasado mes de febrero.

“Esto es más que una sala cualquiera, gracias a la nobleza de vuestro trabajo nos recuerda que estamos en la casa de Dios porque es vuestra casa. El Señor sobretodo donde quiere estar es en vuestro corazones pero es necesario que haya un lugar donde acogerle, recibirle, escuchar su palabra, alimentarnos con su cuerpo, recibir su vida divina, hacer vida de comunidad. La Iglesia que cuenta sois vosotros que es la meta final de todo lo que el Señor hace. Dios quiere hacernos familia y un pueblo de hermanos. Todo está al servicio de eso”, destacó nuestro arzobispo.

COMIENZA UNA NUEVA MISIÓN

De este modo, la liturgia de la dedicación de la Iglesia dio comienzo con aspersión con agua bendita de los presentes y de todo el templo, seguida de la proclamación de la liturgia de la palabra y la invocación de los santos. Posteriormente Mons. Martínez ungió el altar hecho en piedra con el Santo Crisma que luego fue bendecido con incienso y revestido por parte de los fieles para la celebración de la Eucaristía.

La bendición del templo culminó con la iluminación del altar dando continuidad a la celebración de Misa cuya primera colecta fue dedicada a poner en marcha la Cáritas parroquial como señal de que “nuestra primera preocupación son los más necesitados”, apuntó Mons. Martínez recordando también a los presentes que con la inauguración del templo comienzo una nueva misión de evangelización en el barrio para anunciar la Buena Nueva y el amor de Dios a aquellos que aun no lo conocen.

María José Aguilar