19 de septiembre de 2021
1388 • AÑO XXVIII

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Beato Tito Zeman

 “Nunca vi a un hombre luchar tanto contra la muerte”

Con motivo de la visita del Santo Padre a Eslovaquia en este mes de septiembre, recordamos la memoria del beato salesiano Tito Zeman. Murió tras largos años de hostigamiento y persecución, después de haber querido defender públicamente la fe bajo el régimen comunista.

Este beato eslovaco nació el 4 de enero de 1915 en la localidad de Vajnory. Fue el primogénito de una familia de 10 hijos. Como pasa curiosamente con la vida de muchos santos, era un niño de salud débil, que enfermaba con frecuencia. Parece ser que a los diez años logró recuperar bastante su salud gracias a la advocación de la Virgen de los Siete Dolores. Al santuario nacional dedicado a esta Virgen, habían llegado los hijos de Don Bosco en el año 1924. Tito decidió hacerse un sacerdote salesiano como ellos.

El día 6 de agosto de 1932 emitió su primera promesa religiosa como salesiano. Estudió teología en Roma y en Chieri cerca de Torino. Fue en este lugar donde recibiría el orden sacerdotal, un 23 de junio de 1940. Regreso entonces a su país natal, decidido a estudiar química y ciencias naturales para ser profesor en los institutos salesianos de Eslovaquia.

En medio de la II Guerra Mundial, Zeman se dedicaba a enseñar en diferentes instiutos salesianos. Al mismo tiempo se ocupaba de tareas pastorales con actividades de apoyo al clero diocesano y como capellán de una congregación religiosa femenina. Se le recuerda como un hombre de fuerte voluntad, alegre, de carácter humilde y discreto, capaz de crear relaciones firmes de cooperación y amistad. 

Concluída la Segunda Gran Guerra, Zeman empieza a sufrir como sacerdote los acosos del poder comunista que ya tomaba raíces en su tierra patria y obligaba a la eliminación de cruces de las clases en las escuelas. Tito se negó a ello, siendo profesor en la localidad de Trnava. Por ello, junto con otros compañeros, fue despedido de su cargo. A su casa llegaron clandestinamente numerosas cartas y postales de agradecimiento por su valentía a la hora de defender el signo cristiano. 

RED DE SALVACIÓN PARA LAS VOCACIONES JÓVENES
La Iglesia eslovaca se vio cada vez más perseguida por los dirigentes comunistas. Eslovaquia asistía así al encarcelamiento forzado de sus monjes en campos de concentración, a pleitos dirigidos contra obispos y a la separación forzosa de los monjes jóvenes de sus superiores, para evitar el arraigo de las vocaciones religiosas.

Tito Zeman se hace responsable junto al famoso padre Ernest Macák, de ayudar a los que se quedaban en el país, renovando sus votos religiosos y animando a los más jóvenes. Zeman se reunía en lugares secretos con jóvenes que querían seguir estudiando teología para que pudiesen seguir caminando en su vocación al sacerdocio.

Creó también una verdadera red de salida del país hacia Italia, ayudando a salvar el mayor número de vocaciones salesiana posibles, con la idea de poder ordenarse y estar dispuestos a volver a su país cuando cayese el régimen comunista. Fue alentado por el Rector Mayor de salesianos, Pietro Ricaldone, a quién encontró en Turín en uno de sus viajes. 

Fue apresado finalmente en Linz en el año 1951. Pronto se le acusó de espionaje y alta traición, pidiendo para él la pena de muerte. El régimen comunista no quiso “crear mártires”, así que fue condenado finalmente a 25 años de prisión, con la pérdida de todo derecho civil.

UN CALVARIO QUE ES TESTIMONIO DE VIDA 

Durante 13 años soportó un auténtico calvario, soportando una serie de burlas, torturas y desprecios de los que dan cuenta otros testigos ilustres como la beata Zdenka Schelingová, el siervo de Dios Michal Buzalka, el futuro cardenal Ján Chryzostom Korec – después o el propio Ernest Macák.

Paso por muchas cárceles del país, en Bratislava, Leopoldov, Ilava, Mírov, Valdice y Jáchymov. En esta última conoció la que llamaban la “Torre de la muerte”, en donde los reclusos manipulaban manualmente uranio radiactivo. Con razón, una de las enfermeras que lo ayudó a soportar esos dolores que le asociaban a su Señor Jesucristo, dijo de él: “Nunca vi a un hombre luchar tanto contra la muerte”.

En el año 1964 el régimen liberó Tito condicionalmente, aunque aquello no hizo que desaparecieran los tormentos y persecuciones ocasionales. Murió el 8 de enero de 1969.

Su funeral, que celebraron el 11 de enero, fue un testimonio de que la gracia es la vida de los hombres y ha vencido a la muerte. Docenas de sacerdotes concelebraron, desafiando las prohibiciones del régimen. También estaban presentes algunos de los muchachos a los que había ayudado a ser sacerdotes. Aparecieron incluso algunos espías del régimen, presentes en la multitud, informaron de todo ello en los informes confidenciales, asegurando que había sido definido como “mártir”.

En 1991 fue proclamado definitivamente inocente en un proceso de rehabilitación, tirando por tierra definitivamente todas las acusaciones falsas que el régimen comunista había urdido contra él. Los salesianos iniciaron el proceso de su beatificación en el 2010. El lunes 27 de febrero 2017 el Papa Francisco autorizó el decreto y reconoció el martirio del Beato Tito Zeman.