Nº 1385 • AÑO XXIX
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Informe 2020
Proyecto Hombre, un espacio de esperanza para las personas en tratamiento por las adicciones
Proyecto Hombre presenta el Informe 2020 del Observatorio Proyecto Hombre sobre el perfil de las personas con problemas de adicción en tratamiento. Una de las principales conclusiones es el aumento del consumo de cocaína (39,1% de personas atendidas) seguido de la adicción al alcohol que padece un 36,1% de los casos.
La Asociación Proyecto Hombre ha presentado el Informe 2020 del Observatorio de Proyecto Hombre -financiado por el Plan Nacional sobre Drogas-, en el que se dan a conocer datos relevantes sobre el perfil general y específico, por género y sustancia de consumo, de las personas tratadas durante el pasado año, así como las tendencias desde 2013.
Una de las principales conclusiones es que el número de personas que acuden a Proyecto Hombre para solicitar ayuda e iniciar tratamiento por problemas de adicción a la cocaína sigue en aumento. En este sentido, en 2020 la sustancia principal de referencia es la cocaína para el 39,1% de las personas atendidas, seguida del alcohol en un 36,1% de los casos. Este dato viene a confirmar la tendencia observada en años anteriores del incremento de la prevalencia de la cocaína como sustancia principal generadora de demanda de tratamiento en nuestros centros.
Sin embargo, el alcohol continúa siendo una sustancia que genera gran cantidad de demandas de tratamiento, y junto con la cocaína suponen 3 de cada 4 ingresos (75,2%). Esto es aplicable tanto en el caso de mujeres y de hombres; si bien, entre las mujeres el alcohol tiene la mayor prevalencia mientras que entre los hombres corresponde a la cocaína.
“La normalización del consumo y la invisibilidad de las adicciones en la sociedad pueden ser factores determinantes para que estos datos sigan en ascenso”, indica Elena Presencio, directora general de la Asociación Proyecto Hombre.
SALUD
El 30,4% de las personas en tratamiento en Proyecto Hombre afirma padecer algún problema médico crónico que interfiere en su vida cotidiana. No obstante, no se observa que las personas en tratamiento en nuestros centros presenten una mayor problemática médica crónica que la esperada en la población general.
Esta pauta se repite igualmente respecto a la toma de medicación, habiendo únicamente un 26,3% que toma algún tipo de medicamento de forma regular por prescripción médica, siendo este porcentaje, no obstante, mayor en las mujeres (35,3%) que en los hombres (24,2%).
LAS PERSONAS TRATADAS POR COCAÍNA AUMENTAN UN 8% EN 4 AÑOS
Según los datos presentados por Èlia Bellmunt, experta de la Comisión de Evaluación de la Asociación Proyecto Hombre, y analizando la tendencia de los últimos cuatro años con relación a las sustancias por las que se demanda tratamiento, destaca el incremento del 8% de las personas atendidas en tratamiento por consumo de cocaína. Si en 2016 representaban un 31,1% del total de casos atendidos, en 2020 este dato ascendió hasta el 39,1%.
En 2019 el dato era de un 35,3%, con lo que en un año el incremento ha sido importante. Más aún si se mira por sexos y con más perspectiva, en el caso de los hombres el consumo de cocaína ha crecido un 12,9% desde 2013. En las mujeres este dato es del 8,1%.
USO DE ALCOHOL Y OTRAS DROGAS
Con relación al consumo de sustancias psicoactivas entre las personas que ingresan a tratamiento, habitualmente se encuentran consumos problemáticos de varias sustancias, aunque en la mayoría de los casos se puede indicar una sustancia principal de referencia. En este sentido, en 2020 la sustancia principal de referencia es la cocaína para el 39,1% de las personas atendidas, seguida del alcohol en un 36,1% de los casos. Este dato viene a confirmar la tendencia observada en años anteriores del incremento de la prevalencia de la cocaína como sustancia principal generadora de demanda de tratamiento en nuestros centros. Sin embargo, el alcohol continúa siendo una sustancia que genera gran cantidad de demandas de tratamiento, y junto con la cocaína suponen 3 de cada 4 ingresos (75,2%). Esto es aplicable tanto en el caso de mujeres y de hombres; si bien, entre las mujeres el alcohol tiene la mayor prevalencia mientras que entre los hombres corresponde a la cocaína.
Independientemente de la sustancia de referencia al ingreso, y considerando el consumo regular y/o problemático a lo largo de la vida para cada una de las sustancias, la más frecuente es el del alcohol con una media del 82,6%, que se agrava por la presencia de consumo de alcohol en grandes cantidades en un 63’8% de las atenciones. Las otras sustancias que reportan mayores porcentajes de consumo –no excluyentes- son la cocaína, con un 74,3% y el de cannabis, con un 58,5%. En el caso de las mujeres, la prevalencia de consumo a lo largo de la vida de sustancias psicoactivas sigue caracterizado por ser considerablemente inferior en sustancias ilegales (cocaína, cannabis...), pero similar o incluso ligeramente superior en sustancias legales (alcohol y benzodiacepinas).
PERFIL DE PERSONAS CON ADICCIÓN EN TRATAMIENTO
Las personas con adicción que acuden a tratamiento a Proyecto Hombre responden a un perfil que apenas varía año tras año: varón, de unos 38 años de edad, con empleo y vida sociofamiliar estable. Si bien es cierto que las mujeres en tratamiento solo suponen el 16,5% de las personas atendidas, esta cifra ha subido ligeramente en 2020 respecto al año anterior (16,1%). Las causas de por qué solo un 16,5% de las mujeres acuden a tratamiento principalmente responden a un mayor estigma social sobre la mujer que consume alcohol y/u otras drogas, y a que ellas tienen más cargas familiares (hijos/as o padres, madres a cargo).
En cuanto a la fuente de ingresos, desde 2013 se ha ido dando un aumento del empleo y, paralelamente, un descenso de la dependencia de los compañeros y familia. Sin embargo, esta tendencia en lo que respecta al empleo, ha sufrido un importante retroceso en 2020, probablemente debido a la situación de falta de empleo general causada por la pandemia de COVID-19 y a las restricciones que ha supuesto. El resto de fuentes de ingresos presentan oscilaciones poco significativas. En el caso de la prestación por desempleo, en 2020 aumenta el porcentaje. Podemos pensar que por los mismos motivos por los que desciende el empleo. En cuanto al consumo más temprano se da en el alcohol en cualquier dosis, a los 16,1 años, y en el cannabis, a los 16,8 años. El consumo más tardío se da en las benzodiacepinas (26,5 años) y la metadona (28,5 años). Por sexos no se observan diferencias relevantes, si bien las mujeres tienden a iniciar el consumo regular o problemático más tarde que los hombres y de manera especial en el alcohol en grandes cantidades (cuatro años más tarde).
PROBLEMAS PSICOLÓGICOS Y EMOCIONALES
Se constata una elevada comorbilidad de la adicción y otros trastornos psicológicos y emocionales entre las personas que acuden a tratamiento, destacando la alta incidencia a lo largo de la vida de trastornos de ansiedad severa (67,1%), seguido de depresión severa (53,1%) y de los problemas emocionales/ psicológicos (49,4%), siendo otro importante indicador del grado de afectación de la salud mental el relacionado con el suicidio, pues un 22,2% de las personas atendidas en Proyecto Hombre ha intentado suicidarse.
Se observan diferencias entre géneros: las mujeres en tratamiento presentan porcentualmente una mayor incidencia de problemas emocionales y psicológicos (67,3% mujeres; 45,9% hombres), depresión severa (70,8% mujeres; 49,6% hombres), e intentos de suicidio (37,6% mujeres; 19,1% hombres).
2020, UN AÑO MARCADO POR EL COVID-19
Durante la pandemia, los centros de Proyecto Hombre han seguido dando atención a las personas con problemas de adicción. Las demandas de ayuda se han mantenido estables en general y, lo más importante, la adherencia al tratamiento también. “Ahora lo que nos debe preocupar es el futuro de estas personas, que, si ya son vulnerables, lo son aún más en momentos de crisis como estos”, señala Jesús Mullor, director del Observatorio.
CAMPAÑA #CombateLoinvisible
Con motivo del Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas, que se celebra mañana 26 de junio, Proyecto Hombre ha lanzado la campaña #CombateLoInvisible. Con ella, la Asociación Proyecto Hombre quiere poner de relieve la actual percepción que la sociedad tiene del alcohol y otras drogas, normalizando e invisibilizando consumos y adicciones, percibiendo de forma muy baja el riesgo que suponen.
Por ello, Proyecto Hombre, a través de la campaña #CombateLoInvisible, pone de manifiesto que las drogas y adicciones siguen estando ahí y debemos combatirlas, apostando por la prevención y la detección precoz del consumo, ofreciendo espacios, tratamientos y programas que acompañen a las personas y su entorno.
La campaña #CombateLoInvisible cuenta con un spot principal en el que a través de diferentes situaciones cotidianas aparece integrado por realidad virtual un animal peligroso. Se utiliza esta metáfora visual para expresar la idea, de que “como sociedad hemos interiorizado y normalizado tanto los consumos y las adicciones que han terminado por formar parte de nuestro paisaje”, añade Presencio. Al vídeo principal le acompañan 4 píldoras audiovisuales en las que se sigue una estructura similar y en las que se llama la atención sobre el peligro de sustancias o adicciones sin sustancia como: cannabis, alcohol, cocaína y juego patológico. En las píldoras se introducen datos validados y contrastados que ponen de manifiesto el problema de adicción que existe con cada sustancia.
La idea principal que se quiere manifestar con la campaña #CombateLoInvisible es desmontar mitos o falsedades que forman parte del discurso en torno a los consumos, que, en algunos casos, convierten datos ficticios en información creíble, y que atribuyen cualidades o excelencias a las sustancias que son inexistentes. El gran daño de los mitos, de nueva o antigua generación, es que sirven para justificar los consumos, propios y ajenos, y facilitan el inicio de los mismos.
#CombateLoInvisible: www.proyectohombre.es/combateloinvisible