Nº 1367 • AÑO XXIX
INICIO - Testimonio
Adele Bonolis
“Una esperanza para seguir en el camino”
Esta fiel laica del s. XIX es la fundadora de numerosas Obras de Asistencia y Auxilio Social. Su vida habla de su entrega y especial sensibilidad con la situación de los más necesitados después del desastre de la II Guerra Mundial, especialmente con las mujeres. El Papa Francisco ha aprobado recientemente su Decreto de virtudes.
Adele Bonolis es la menor de los cuatro hijos de Luigi Girolamo Bonolis y Luigia Varenna. Nació y vivió en el centro histórico de Milán. Como cristiana, creció y se formó dentro de la Juventud Femenina de Acción Católica. Después lograr obtener el diploma para la Escuela Secundaria Clásica, se graduó en la Facultad de Letras y Filosofía de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán en 1944, con una tesis sobre “La maldad moral en Santo Tomás ".
En 1945, todavía dedicada a la docencia y al estudio, pensó durante un tiempo en fundar una orden secular, que cooperen con los sacerdotes. Quiere dar una forma religiosa a su vida que comparte con su pequeña comunidad de amigos, entre ellas Giuseppina Achilli y Giovanna Negrini, principalmente. Desiste un poco de la idea quizás porque, como dice varias veces, con el Bautismo el pacto de amistad entre Dios y el hombre ya es definitivo.
LA CONDICIÓN DE LOS MENORES DESPUÉS DE LA GUERRA
En 1945, cientos de miles de huérfanos en la calle están completamente abandonados a sí mismos. Muchos otros, a pesar de seguir teniendo familia, se ven obligados a trabajar para ayudar a sus padres y hermanos menores. Los católicos se están organizando para responder a la dramática condición de la infancia en Italia. En octubre de 1944 nació el Centro de Mujeres Italianas (C.I.F.) como enlace de mujeres y asociaciones de inspiración cristiana, para contribuir a la reconstrucción del país.
Bonolis, tras dejar la Juventud Femenina, pasa a trabajar en las filas de las Mujeres de Acción Católica y en el CIF Provincial de Milán de 1945 a 1950. Una de las actividades más apreciadas del CIF es sin duda la de los campamentos de verano organizados. Son las llamadas Casas del Sol que integran sobre todo los huérfanos y niños más desfavorecidos con problemas de integración. Adele hace una experiencia de verano con su amiga Giuseppina. Pronto se funda la Casa de los Niños” como una asociación. Adele no participa personalmente en su constitución, pero se le confía la dirección pedagógica durante un tiempo.
CASA DE ACOGIDA PARA PROSTITUTAS
En mayo de 1949 Adele se muda a una casa en la calle Lanzone de Milán y con ella se lleva a su padre, que estaba inválido, y a sus amigas Giuseppina Achilli e Irma Lorenzelli, como sirvienta. Una casa que no tardó en convertirse en lugar de acogida.
La visión de una prostituta que hacía la calle mientras estaba acompañada de su padre, marcará el futuro de la vida de Bonolis, hasta el punto de decidir dedicarse a devolver a las prostitutas la dignidad perdida y permitirles una nueva vida y una redención social, para "restaurar el amor y transformar el mal en bien". En unos meses toma forma el trabajo que dará respuesta al fenómeno de la prostitución.
En 1957, se abre un centro de acogida para ex prostitutas en Montano Lucino. Es el Centro de Orientación Femenina (COF) Maria Assunta. El COF amplió sedes en las localidades de Onno, Varenna y Lucinasco. En 1955 el Papa Pío XII reconoce su entrega con el galardón Pro Ecclesia et Pontifice. En 1959 la ciudad de Milán concede la medalla de oro al mérito.
“LOS LADRONES OS PRECEDERÁN EN EL REINO DE LOS CIELOS”
La situación carcelaria al final de la guerra también era dramática. Tras la primera y polémica amnistía general de la recién nacida República Italiana, se buscó una pacificación social rápida. En el 53 se aprueba un nuevo proyecto de amnistía e indulto por el Consejo de Ministros. Esta medida mejora significativamente la situación en las cárceles italianas, que contaban con más de 55.000 reclusos, siendo su capacidad máxima de 40.000.
Ante esta situación Adele piensa de inmediato en los 20.000 que quedarán indultados, especialmente en las mujeres ¿Qué harán sin casa ni trabajo? ¿Cómo evitarán la reincidencia o la prostitución? Así nació la idea de una casa que los acoja y los prepare para una reintegración digna a la sociedad. Funda con ello una Casa de Orientación cuyo acrónimo será CODIC. Las solicitudes de hospedaje se multiplican en poco tiempo. Pronto tienen que buscar nuevas infraestructuras en varios puntos de Milán.
AYUDA A MUJERES CON ENFERMEDADES MENTALES
A partir de la segunda mitad de la década de 1950, las actividades de asistencia psiquiátrica en Occidente se vieron atravesadas por el movimiento de desinstitucionalización, que cuestionó el asilo y abrió el debate sobre nuevas formas de atender a los pacientes psiquiátricos.
La idea de intervenir a favor de las mujeres con enfermedades mentales se abre paso en Adele a principios de la década de 1950. Una amiga, la condesa Belgioioso, sufre de depresión. Ello le hace tomar conciencia de todas esta mujeres afectadas, especialmente por las personas que han salido de los hospitales psiquiátricos. En 1954 nació así una obra para mujeres psicológicamente lábiles, la Casa Virgen del Socorro en la localidad de Lenno.
Adele, que ya tenía en sus estudios de Medicina, se convierte en la psicóloga responsable, atendiendo hasta 12 mujeres en compañía de otro médico y un neurólogo.
LA CASA SAN PAOLO
Este último trabajo es la culminación natural del camino de Adele Bonolis. Hasta ahora, las mujeres han sido asistidas en todas sus dificultades: ex prostitutas, ex presas, enfermas mentales, etc.
Sin embargo, todavía no se presta atención al mundo masculino. Es necesario pensar en aquellos presos que, habiendo cumplido condena o dados de alta de sus asilos judiciales, se encuentran en plena calle, mendigando sin dinero, trabajo, ni hogar.
AÑOS DE SUFRIMIENTO FÍSICO, PERO DE ALEGRÍA
En diciembre de 1976 Adele Bonolis fue operada de un cáncer de intestino. Fue una lucha ante la cual no se rindió hasta el 11 de agosto de 1980.
Quienes la asisten en estos años de sufrimiento se asombran de la serenidad con la que esta dinámica mujer vive su enfermedad. Para sorpresa de muchos, bastantes de sus amigos que acuden a consolarla terminan siendo consolados. También queda el testimonio del médico que la atendió, que asegura la extraordinaria paz que la gobierna a pesar de los peores momentos de su enfermedad.
Su funeral lo ofició el prelado Libero Tresoldi, que dijo de ella: “al acercarse a Adele Bonolis la impresión fue la de quien encontró en ella un punto de apoyo, un lugar de refugio, una esperanza para seguir el camino. Siempre se había preocupado por comportarse como la vela de un barco buscando el viento y dejándose llevar por él”.