21 de febrero de 2020
1367 • AÑO XXIX

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Entrevista a Mª Victoria Romero 

“Aprendiz de mí” o el camino del autoconocimiento

Aprendiz de mí, es el título del nuevo libro publicado por Mª Victoria Romero Hidalgo, consagrada granadina del Instituto Secular Alianza en Jesús por María. Un libro que habla sobre la importancia de conocerse a uno mismo y aceptarse, para mejorar la propia vida y las relaciones con los demás.

Hemos querido hablar con la autora, que ya tiene otros títulos publicados en la editorial San Pablo como Diálogos de encuentro o Reflexiones desde el silencio. En esta ocasión, Romero Hidalgo comparte sus conocimientos de psicología y la experiencia de su vida para que los demás puedan hacer su propio camino de aprendizaje de sí mismo.

¿Por qué es importante conocerse a uno mismo?
Conociéndote a ti mismo, por un lado te vas dando cuenta de dónde tienes tus limitaciones y dónde tienes tus fortalezas. Eso ayuda a potenciar las fortalezas y a corregir tus limitaciones. Te favorece a ti y favorece también a las personas con las que convives, con las que te relacionas y de algún modo vas viviendo más feliz y facilitas de algún modo a que las personas puedan vivir contigo de una manera más armónica y con mejores condiciones. 

¿Qué supone la experiencia de toparse con los propios límites?
Conforme te vas dando cuenta de los límites vas aceptando también tu vulnerabilidad. Te vas dando cuenta de que no eres perfecto y eso te ayuda a crecer en humildad, a decir: “no sé todo, no puedo todo, no alcanzo a todo”. Ni logramos llegar a conocernos totalmente, pero lo poquito que vamos conociendo nos va dando la pista de por dónde tenemos que ir creciendo. Las limitaciones son un reto en muchos momentos para ir abriéndonos y conociendo también la grandeza a la que estamos llamados dentro de nuestras propias carencias, como seres humanos que somos.

En el libro haces un recorrido del conocimiento de uno mismo a través de los cinco sentidos, ¿de dónde nace esa idea?
La idea nació conforme he ido escribiendo. El intentar darle un poquito de cuerpo, dar un poco algo pedagógico que ayude a ir acercándonos a nuestro ser, desde lo más físico, lo más externo, para ir profundizando en lo más interno. Era una manera también de que, conforme vayas entrando en los sentidos, puedas ir profundizando en ellos, abriéndote también a esas partes desconocidas que tenemos en nosotros.

De estos cinco sentidos que comentas en el libro, ¿cuál dirías que es especialmente necesario hoy?
Yo diría que los cinco. Cada uno tiene su valor y su importancia. Seleccionar uno y dejar otros fuera tampoco sería equilibrar mucho a la persona. De lo que se trata es de que vivamos una vida integrada. Los cinco sentidos, cada uno tiene su riqueza, tiene sus posibilidades, nos abre a ese contacto de la realidad desde distintos puntos de vista, de escucha, de olfato, de gusto, de tacto. Cada uno tiene una riqueza y todos se van complementando.

Según nos tratamos a nosotros mismos y según tratamos a los demás, planteamos también la relación que tenemos con Dios.

Es llamativo que dediques un capítulo entero solamente al estrés.
Creo que ahora mismo es una de las cosas que más nos está afectando en la sociedad en la que vivimos. El tema de la prisa, los horarios que llevamos tan apretados y cómo eso nos afecta muchas veces a nuestra salud interior, repercutiendo incluso en enfermedades físicas. Creo que es algo de lo que tenemos que ir tomando conciencia y darnos cuenta de que vida tenemos solo una, y que tenemos que aprender a vivirla con intensidad también con equilibrio. Yo pienso que el ser conscientes de ello nos ayuda a profundizar en nuestra propia salud mental y física.

¿El hecho de conocerse a uno mismo cambia en algo nuestra relación con Dios?
Es fundamental. Primero, el darnos cuenta de quienes somos nos afianza en nuestro ser como persona individual y, luego, también en relación con los demás y con Dios. 

Según nos tratamos a nosotros mismos y según tratamos a los demás, planteamos también la relación que tenemos con Dios. No es algo ajeno, sino todo lo contrario. Entra en nuestra dinámica de relaciones. Primero, en relación conmigo, después en relación con los que tengo alrededor y, en esa relación con los que tengo alrededor, entra también Dios.

¿Qué importancia tienen las emociones a la hora de conocerse a uno mismo?
Las emociones tienen su importancia porque, desde mi punto de vista, el centro de la persona es la afectividad. Así como sentimos, pensamos, vivimos, nos relacionamos. Con lo cual, la emoción tiene un papel fundamental. Emociones que necesitan de la inteligencia para ir complementándose. Unas emociones sin aplicar una parte intelectual, una parte racional, que las vaya canalizando y educando, es un aspecto fundamental en nuestro crecimiento como personas. 

La emoción en sí, en nuestra base más animal, más natural, y la inteligencia lo que nos va haciendo es potenciarla y darnos cuenta de las capacidades que nos van facilitando, tanto en nuestro crecimiento personal como en el crecimiento social, a todos los niveles.

Ignacio Álvarez