Nº 1358 • AÑO XXIX
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Retiro espiritual del clero accitano
El clero de la diócesis de Guadix
se felicitó la Navidad en un retiro de Adviento
También ofreció una Misa por los sacerdotes fallecidos durante el año que termina.
Los sacerdotes de la diócesis de Guadix vivieron, el miércoles 16 de diciembre, una jornada de retiro espiritual de Adviento, con la mirada puesta en la cercana Navidad. Fue un anticipo de lo que los cristianos vamos a vivir en unos días, pero, sobre todo, una llamada a la disposición interior para que estos días de Adviento que aún quedan sirvan para preparar el camino al Señor.
La jornada comenzó en la catedral con la celebración de una Misa por los dos sacerdotes fallecidos durante el año: Antonio Cascales y Antonio Molero. También se rezó un responso ante la tumba del obispo D. Juan García-Santacruz, fallecido en 2011 y que se encuentra enterrado en una de las capillas de la catedral accitana. Durante la Misa, el obispo de Guadix, D. Francisco Jesús Orozco, que la presidió, destacó y agradeció el gesto del clero accitano de celebrar cada año un funeral por sus compañeros fallecidos.
Después, en la iglesia del Sagrario, anexa a la catedral, el obispo dirigió un tiempo de oración en torno al Adviento, ofreciendo claves de interpretación desde las cuatro plegarias eucarísticas de este tiempo litúrgico. También animó a vivirlo desde la alegría, la contemplación, la alabanza… y, sobre todo, cultivando las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad.
Terminó la jornada de retiro con un tiempo de oración ante el Santísimo y con el deseo de que se pueda vivir la Navidad con intensidad a pesar de la pandemia y de todas las limitaciones que hay que observar. Como regalo de Navidad, el clero recibió el libro “Obispos accitanos del siglo XX”, escrito por el sacerdote Leovigildo Gómez Amezcua y publicado en este mes de diciembre.
Fue una mañana intensa en la que la mayor parte del clero se pudo ver, después de muchas semanas sin actos tan concurridos. En todo momento se observaron las medidas de seguridad, sobre todo la distancia social, dado que en la catedral y en la iglesia del Sagrario había espacio suficiente para que pudiera ser mantenida.
Antonio Gómez