Nº 1356 • AÑO XXVIII
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D. Andrés Manjón y Manjón
El venerable fundador de las Escuelas del Ave María
Recordamos la vida de D. Andrés Manjón y Manjón, que fundó las Escuelas del Ave María en las cuevas del Sacromonte, después de que la Santa Sede le haya declarado "venerable" el pasado 24 de noviembre. La vida de Manjón es un vivo testimonio de la práctica heroica de las virtudes evangélicas
Andrés Manjón y Manjón nació en Sargentes de la Lora (Burgos), el 30 de noviembre de 1846 y falleció en Granada el 10 de julio de 1923. Sus padres, sencillos labradores, junto con su tío Domingo, párroco de Sargentes, velaron por su educación. Asistió a la escuela de su pueblo en la que los castigos físicos eran diarios y en la que se aprendían a leer y a escribir con imposiciones, sin libertad y sin gusto. Esta experiencia marcó la vida de Manjón soñando con una escuela, antítesis de aquella que le tocó vivir. Así, sus escuelas, en las cuevas del Sacromonte, desde su inicio hasta la actualidad, manifestaban alegría, aire puro, campo, juego, música y actividad.
Las circunstancias personales le hicieron, afortunadamente para nosotros, llegar a Granada. Ingresó en el Seminario de Burgos en 1861, y a la edad de 40 años se ordena sacerdote. Obtiene por oposición la Cátedra en Santiago de Compostela y al año siguiente, por concurso de traslados, toma posesión como Catedrático en la Universidad de Granada y también, por oposición, obtiene una canonjía en la Abadía del Sacromonte, desde la cual diariamente se desplazaba, a lomos de una borrica, para impartir sus clases en la Facultad de Derecho. En este recorrido contemplaba la miseria y el abandono en el que se encontraba un elevado número de familias, en su mayoría gitanos. Este hecho le impulsó a la creación de sus escuelas, denominadas Ave María aludiendo al saludo del Ángel Gabriel a la Virgen María. Él mismo nos su pensamiento con las siguientes palabras:
“Más he aquí que un día que bajaba sobre mi burra blanca, para la Universidad (y montado, como siempre, en el borriquito de mi fijo pensamiento) oí sorprendido canturrear la Doctrina cristiana en una cueva que caía sobre el camino, y me dio un salto el corazón. Descendí de la burra, trepé por las veredas y hallé en una cueva a una mujer pequeña y vulgar, rodeada de diez chiquillas, alguna de las cuales era gitana. Entonces me avergoncé de no haber hecho yo siquiera lo que aquella pobre mujer salida del Hospicio estaba haciendo. Porque es de advertir que la Maestra Migas (así la llamaban los ilustrados vecinos) era una ex hospiciana, con tres hijos, dos varones y una hembra, y sin medios conocidos de vivir. Me puse al habla con esta mujer, la invité a que subiera las niñas a Misa los días de fiesta al Sacro-Monte, le obtuve de esta Abadía la comida de las sobras del Colegio, y corrí a pagarle la cueva, que costaba al mes cuatro pesetas y cincuenta céntimos". (Manjón, 1900, p. 3).
Tal hecho sucedió en el año 1888, a partir de entonces Manjón no cesa de trabajar, en su mente y en su corazón, para que su deseo se haga realidad. Compró un carmen, una casa con huerto, buscó una maestra con título, y abrió una escuela formal el día 1 de octubre de 1889, mes del rosario, inaugurándola solemnemente el día de la Virgen del Pilar.
(...) En este maravilloso paisaje de la naturaleza, Manjón compuso una serie de gráficos para la enseñanza jugando en las distintas materias: Gráficos sobre la Gramática, sobre la Historia de España, la Anatomía, el Sistema Planetario, la Tabla de Pitágoras, la Higiene, la Orientación y sobre la Geografía física y política, con los tan conocidos mapas en relieve. Allí los niños jugando y divirtiéndose pueden aprender el recorrido de un río siguiendo su curso, colocando maquetas y monumentos por donde pasa, aprendiendo los productos que se dan en cada región, etc.
Pronto, esta obra, que nació como un pequeño grano de mostaza, adquirió un prestigio nacional e internacional. En el año 1897 Manjón, a instancias del Rector de la Universidad, dio el discurso en la inauguración del curso universitario con el título de: Cualidades de una buena educación y cuales nos faltan. Este discurso, en el que desarrolló dieciocho puntos fundamentales, sacaría después los principios fundamentales de su Pedagogía Manjoniana, basada en cinco pilares fundamentales: Pedagogía Lúdica, fundamentada en el juego. Activa, cuyo lema principal es el de enseñar haciendo para educar enseñando. Metódica con gran importancia al “cómo” o el modo de educar. Campestre, donde el agua, el sol y los pájaros acompañen a la educación.
Importantes personajes visitaron las escuelas y dejaron sus impresiones en el Libro de Visitas, tales como: Alfonso XIII, Romanones, Unamuno, Pedro Poveda, Maura, Canalejas, Miguel Fenollera, Manuel González, Rufino Blanco, Andrés Segovia.
La labor educativa de Manjón, reconocida entonces por personas del mundo político, la ciencia, las letras, las artes, la Iglesia, etc. contrasta con la situación actual de ciertos sectores, sobre todo políticos, que niegan la realidad de la educación concertada y, en ella, la labor del Ave María.
Finalmente es importante resaltar también la extensa labor de Manjón como escritor en la que se recogen más de 160 escritos entre libros, artículos, conferencias, cartas, folletos, etc. Por su especial relieve destacamos las siguientes: Hojas Históricas del Ave María, Hojas catequísticas y Pedagógicas, Hojas Evangélicas, Hojas Cronológicas”, El Pensamiento del Ave María. Colonia escolar permanente establecida en los Cármenes del Camino del Sacro-Monte de Granada, El Diario de un Maestro, Memorias de las Escuelas del Camino del Sacro Monte o Colegio del Ave María 1882-92, El Derecho Eclesiástico General Español, Visitas al Santísimo, El Gitano et Ultra, Cosas de Antaño Contados Ogaño, El maestro ideal, El Maestro Mirando Hacia Dentro, El Maestro Mirando Hacia Fuera, etc.
Patronato Fundación Ave María Granada