Nº 1354 • AÑO XXVIII
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Misionera riquelmina durante casi 60 años
Descanse en paz, hermana Lourdes Paz Llorente
De la Congregación de las Misioneras del Santísimo Sacramento y de María Inmaculada.
Nuestra hermana Lourdes, Leonor Llorente Santos nació en Marazoleja, provincia de Segovia.
Fue bautizada en esta iglesia de san Juan Evangelista el día 2 de abril de 1932. Sus padres David Llorente Gómez y su madre Delfina Santos de Frutos. Sus hermanos Encarnación, Alfonso, Emilio y Pilar. Familia arraigada en la fe donde Lourdes encontró al Dios que la cautivó y por quien vivió toda su vida.
Entró en la Congregación e hizo su noviciado en Madrid en el año 1960, profesó el3 de junio de 1962 en Madrid y sus votos perpetuos en Arturo Soria (Madrid) el día 14 de abril de 1968.
Realizó sus estudios de magisterio y estuvo siempre disponible para servir en los lugares donde la congregación le ha pedido.
En 1963 fue destinada a Barcelona, desde 1964 estuvo en el Colegio de Arturo Soria en trabajos del colegio, transporte escolar y sacristana.
Desde 1967 hasta 1976 estuvo en Falces, donde acompañaban a un gran grupo de jóvenes obreras y trabajaban en el acompañamiento y formación de las mismas.
Desde 1978 al 1982 realiza sus estudios de magisterio en Granada y trabaja en el infantil, seguidamente en Pamplona como profesora y acompañando también a las residentes de la Residencia Universitaria Emilia Riquelme.
Sus siguientes destinos, Villanueva de la Fuente, Linares, Barcelona, Pamplona, y de nuevo Granada en 1997 donde acompaña a las jóvenes en la Residencia universitaria. Aquí destacar el cariño y la cercanía con que trataba a las jóvenes, quienes la buscaban para recibir su consejo y ayuda en sus problemas. Fue muy querida.
En el 2001 es destinada a Segovia donde ayuda en la casa y en la Residencia universitaria.
Finalmente, de nuevo a Granada, donde ha vivido estos últimos años, ya bastante impedida, pero con una alegría y sentido del humor que siempre le caracterizó.
Fue una hermana muy sencilla, cercana, trabajadora, alegre. Todas recordamos los encuentros de formación permanente y sus ocurrencias para amenizar los recreos, sus teatros y disfraces, a fin de hacer feliz y hacernos pasar momentos muy agradables.
En su sencillez era una mujer de fe y oración, enamorada de Jesús. Su oración espontánea en la última navidad nos hizo descubrir que su vida estaba en las manos del Señor, que deseaba el encuentro con él cara a cara y que era feliz, siendo toda de Dios.
En muchos momentos nos lo ha dicho, “soy toda de Dios, mi vida está en sus manos, soy feliz”.
Al final de la vida has estado como muchos, y como tus hermanas de la comunidad, sufriendo los efectos del covid- 19 y dada tu enfermedad nos dejas callandito, con la sencillez con la que has vivido.
Te agradecemos Lourdes tu entrega, tu cariño y amor a las hermanas, a la congregación y a toda persona que se acercaba a ti y donde tú intuías necesidades.
Gracias por tu alegría y sentido del humor capaz de alegrar y poner siempre esa nota de humor y esperanza.
La Santísima Virgen a quien tanto has querido, nuestra Señora de la Fuencisla, estamos seguras ha estado a tu lado en todo momento. Nuestra Madre Fundadora dirá de ti, “hija has caminado hacia la santidad en lo sencillo, ven pasa al banquete de tu Señor”.
¡Gracias Señor por el don de nuestra hermana Lourdes! Ahora que estás junto al Señor viva y resucitada, intercede por nosotras.
Secretaría de la Curia General de las Hermanas
Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada