Nº 1354 • AÑO XXVIII
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Crecer en amor y en sensibilidad
“El sábado está hecho para el hombre y no el hombre para el sábado”. Significa que en las Leyes, incluso en la Ley de Dios, o en las leyes que se desarrollan en torno a la Ley de Dios, hay jerarquías, hay mandamientos que están al servicio de otros mandamientos.
El mandamiento de cumplir el sábado estaba en el Antiguo Testamento, muy claro y muy repetido. Hasta cuando se cuenta la Creación se dice que Dios, el séptimo día, descansó. Pero, por eso, le preguntan a Jesús más de una vez “¿cuál es el mandamiento más importante?”. Sólo hay dos mandamientos que no tienen excepciones, y no son cosas a cumplir, sino realidades a vivir y siempre se puede crecer en ellas: son el mandamiento de amar al Señor con todas nuestras fuerzas y de amar a los demás como a nosotros mismos, también, lo mejor que sepamos. Y todo lo demás está en función de esos dos mandamientos.
(…) Quiero corregir una traducción. Cuando dice, “que vuestro amor siga creciendo más y más, en penetración y en sensibilidad para apreciar los valores”. La frase vale muchísimo la pena, porque lo que nos pide el apóstol es que crezcamos en amor y en sensibilidad, para apreciar lo que verdaderamente vale. Es que la palabra “valores”, en nuestro lenguaje español actual, en inglés y en los lenguajes modernos, significa “nada”. Significa “lo que a cada uno le gusta más. Significa, dicho en un lenguaje un poco más técnico, “preferencias”. Me da mucha pena cuando se dice que la educación de los colegios católicos es que se centra en “educar en valores”. Y es que los valores son humo, porque los chicos dicen “esos son tus valores, pero yo tengo otros”. Por lo tanto, hablar de valores es hablar de nada. Lo que verdaderamente dice San Pablo es “lo que verdaderamente vale”. ¿Qué es lo que verdaderamente vale? La sabiduría que viene de Dios, la Gracia del Señor, el amor de unos por otros; las cosas verdaderamente importantes en la vida. Yo siento que hayan traducido esto por “los valores”, en un momento en que los valores es una palabra tan terriblemente devaluada que sirve para todo.
“Esta es mi oración: que vuestro amor siga creciendo más y más en penetración y en sensibilidad para apreciar lo que verdaderamente vale”.
Que el Señor nos conceda ese don. Fijaros en el cariño con que San Pablo, desde Roma, desde la cárcel, les habla a estos cristianos que fueron los primeros que en el continente europeo recibieron el Evangelio.
+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada
Extracto de la homilía en la Santa Misa del 30 de octubre de 2020
Iglesia parroquial del Sagrario.