8 de noviembre de 2020
1352 • AÑO XXVIII

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Charles Péguy 

El dinero y el mundo moderno

Este mundo moderno ha dado a la humanidad condiciones tales, tan completa y absolutamente nuevas, que todo lo que sabemos por la historia, todo lo que habíamos aprendido de la humanidad precedente, non nos puede servir, non nos permite progresar en el conocimiento del mundo en el que vivimos. No hay precedentes. Por primera vez en la historia del mundo las potencias espirituales han sido todas juntas desplazadas no por las potencias materiales, sino por una sola de las potencias materiales que es la potencia del dinero.

Y para ser justos habría también que decir: por primera vez en la historia del mundo todas las potencias espirituales juntas y de un solo impulso, y todas las potencias materiales juntas y de un solo impulso, que es el mismo, han sido desplazadas por una única potencia material que es la potencia del dinero.

Por primera vez en la historia del mundo todas las potencias espirituales juntas y todas las potencias materiales juntas, con un solo movimiento que es el mismo en los dos casos, se han retirado al fondo de la escena en toda la faz de la tierra. Por primera vez en la historia del mundo el dinero es patrón sin límites y sin medidas.

El dinero ha recogido en sí todo lo que había de venenoso en las realidades temporales y ahora está hecho. Mediante no se sabe cual experiencia espantosa, mediante no se sabe cual aberración del mecanismo, mediante un distanciarse, mediante una desregulación, mediante una sacudida monstruosa de los movimientos justos, todo lo que debías sólo servir para el intercambio ha invadido completamente el valor che había que intercambiar.

No hay que decir, por tanto, que en el mundo moderno la escala de valores ha sido solamente sacudida. Hay que decir que ha sido anulada, porque el instrumento de medida del intercambio y de valoración ha invadido todo el valor. El instrumento ha pasado a ser la materia y el objeto y el mundo.

Es una cataclismo tan nuevo, es un acontecimiento tan monstruoso, es un fenómeno tan fraudulento como si el calendario comenzara a el año, el año real; como si el reloj pasara a ser el tiempo y como si el metro con sus centímetros comenzara a ser el mundo medido; y como si el número con su aritmética comenzara a ser el mundo cuantificado.

De esto deriva la inmensa prostitución del mundo moderno. No deriva de la lujuria. Deriva del dinero. Deriva de la universal comercialización. Y sobre todo, de la avaricia y de la venalidad que son dos casos, según hemos visto, de la universal comercialización.

 El mundo moderno ha creado una situación nueva, nueva del todo. El dinero es el patrón del hombre de Estado, como del hombre de negocios, como del simple ciudadano. Es el patrón del Estado como es patrón de la escuela. Es el patrón del ámbito publico y del ámbito privado. 

Todos los otros mundos –el mundo cristiano y el mundo pagano antiguo- (fuera del mundo moderno) han sido mundo de una cierta espiritualidad. El mundo moderno solo, siendo el mundo del dinero, es el mundo de una total y absoluta materialidad.