8 de noviembre de 2020
1352 • AÑO XXVIII

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Conmemoración de los fieles difuntos en la Catedral

“Que el Señor tenga misericordia y reciba en Su Reino
a todos nuestros hermanos difuntos”

Por todos aquellos difuntos que no tienen quien rece por ellos y por todos aquellos que se han marchado a la Casa del Padre y no pudieron ser despedidos por sus seres queridos a causa de la pandemia ha sido la intención por la que se ha ofrecido la Eucaristía en este 2 de noviembre, conmemoración de los fieles difuntos, en la catedral, oficiada por nuestro arzobispo.

En la Eucaristía presidida por nuestro arzobispo ha estado muy presente la situación de pandemia y el sufrimiento de muchas familias que no han podido despedirse de sus familiares en el momento de su fallecimiento, a causa del covid-19. Asimismo, nuestro arzobispo ha pedido también rezar por todas las personas que han fallecido en el anonimato o estaban solas, por una causa u otra, y que no tienen quien rece por ellas. “Son hermanos nuestros, los tenemos muy, muy en el corazón”, afirmó D. Javier. “Para todos suplicamos la Misericordia de Dios”. Ellos son, especialmente hoy, “objeto de nuestra comunión y de nuestra oración”.

Nuestro arzobispo ha subrayado que no es una celebración “en absoluto triste”, sino de “acción de gracias”, porque –como se reza en el prefacio de la plegaria eucarística- “es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darTe gracias, siempre y en todo lugar”. Es decir, “siempre y en todo lugar nosotros podemos dar gracias”, explicó D. Javier. “Que el Señor tenga misericordia y reciba en Su Reino a todos nuestros hermanos difuntos”, concluyó.

BENDICIÓN EN LA CRIPTA
La Eucaristía concluyó con la oración por el descanso eterno y aspersión con agua bendita en la cripta que acoge el descanso eterno de los canónigos del templo catedralicio. Una bendición extensible a los fieles asistentes y a sus seres queridos difuntos. “Que sus almas y la de todos los fieles difuntos, por la Misericordia de Dios, descansen en paz”, rezó D. Javier.  

Paqui Pallarés