8 de noviembre de 2020
1352 • AÑO XXVIII

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Celebración en Catedral 

Dos seminaristas son admitidos a las sagradas órdenes
por Todos los Santos

El pasado domingo 1 de noviembre, en la fiesta de Todos los Santos, la diócesis celebró el rito de admisión a las sagradas órdenes de dos seminaristas del Redemptoris Mater, Mariusz Kubajek y Bryan Adonai Rivas. El Arzobispo de Granada presidió esta celebración por la cual la Iglesia reconoce públicamente la vocación de los candidatos al presbiterado.

La Santa Iglesia Catedral pudo celebrar, en este año complicado marcado por la irrupción de la pandemia del coronavirus, este rito de admisión a las sagradas órdenes de estos dos seminaristas del Camino Neocatecumenal.

Por este rito, la Iglesia presente reconoce la llamada del Señor y los seminaristas presentes hacen una petición pública de entrega a la Iglesia, como un paso adelante en su camino vocacional. En un día tan señalado como la festividad de Todos los Santos, todos los fieles presentes en Catedral intercedieron por Mariusz y Bryan para bendecirlos en su camino hacia la dedicación al culto divino y el servicio al pueblo.

“LA IGLESIA NO RENUNCIA A LA SALVACIÓN DE NADIE”
Celebrado el rito de admisión, continuó la celebración eucarística, en la que el Mons. Martínez expuso los motivos de la belleza de esta fiesta de la Iglesia. Un día en que se recuerda, en esa frase del Apocalipsis, a esa “multitud innumerable que nadie podría contar, de toda raza, lengua, pueblo y nación”.

El Arzobispo recordó cómo ese “por muchos”, que dice la plegaria eucarística al referirse a los sujetos de la salvación de Dios, es en realidad un “todos” según el sentido de la traducción. “¿Podemos decir de alguien que no participa de su misericordia?”, dijo D. Javier, interpelando a los fieles. “San Pablo cuando habla y usa esa misma expresión o casi esa misma expresión dice: ‘si uno murió, uno murió por todos, ¿es que va a ser vana la muerte de Cristo? ¿Es que es vana la oración de Cristo?’ Nosotros esperamos que todos se salven, ¡todos!”, sentenció.

“SED TESTIGOS DE ESA MISERICORDIA”
Dentro de esa Alianza de Dios con el hombre, que ha hecho “santa” a la Iglesia por su Presencia en medio de su pueblo, el Arzobispo quiso animar a los seminaristas presentes a vivir ante todo de esa misma misericordia que Dios da libremente. “El perdón no es lo que viene cuando uno se porta bien, el perdón es lo que viene sin necesidad de que te portes bien. El perdón es lo que viene antes. Esa es la gratuidad, esa es la gracia, esa es la misericordia de Dios. (…) Sed siempre testigos de esa misericordia”, dijo dirigiéndose a ambos.

Terminó D. Javier invitando a sentirse orgullosos de pertenecer al Pueblo de Dios. Recordando que la sabiduría de la Iglesia es la de las bienaventuranzas y que el encuentro con el Señor, el estar con Él, es lo que genera “una alegría que es contagiosa, que no se puede ocultar, que además se manifiesta sola porque nos brota de las entrañas. Uno no puede disimular cuando está contento, y nosotros estamos contentos porque hemos conocido al Señor”.

Ignacio Álvarez