8 de noviembre de 2020
1352 • AÑO XXVIII

INICIO - A Fondo

Día de la Iglesia Diocesana

 “Somos lo que tú nos ayudas a ser”

El domingo 8 de noviembre es el Día de la Iglesia diocesana. Un día para recordar que no vivimos la fe en solitario y que en la Iglesia Somos lo que tú nos ayudas a ser, tal y como sugiere el lema de este año.

Somos hijos de Dios por el agua que recibimos en la pila bautismal de una parroquia y cuando decimos el Credo, lo rezamos todos juntos. La fe de la Iglesia es una fe personal que proclamamos en comunidad. Esto es lo que conmemoramos en este Día de la Iglesia Diocesana. Por eso “somos” todos un solo Cuerpo, una gran familia de la que todos formamos parte.

Un día para recordar que juntos logramos una parroquia viva, comprometida, apasionada por Jesucristo y entregada a los demás. Por eso, el lema de esta jornada es: “Somos lo que tú nos ayudas a ser. Somos una gran familia contigo”.

Nacemos a la fe en una parroquia y en ella descubrimos que somos una familia dentro de una gran familia: un familia humana que se hace una sola familia en la fe. Somos hijos de Dios, hijos de un mismo padre, todos hermanos. 

Una parroquia que nos acompañó en los momentos más importantes de nuestra vida, acompañándonos en el día de nuestro bautizo o acogiéndonos cuando hicimos la Primera Comunión.

 LO QUE TÚ NOS AYUDAS A SER
En la parroquia encontramos nuestro hogar de fe. Por eso durante todo el año, aunque lo recordamos especialmente en este día, se nos pide que nos sintamos parte de ese hogar al que pertenecemos. 

Se nos llama a participar de la forma en que podamos, cada uno según sus posibilidades y sus circunstancias, colaborando por ejemplo con nuestro tiempo, nuestras cualidades, la oración o con algún donativo.

Podemos entregar nuestro tiempo para ayudar a los demás, para ser servidores de otros de una manera sencilla. Entregar tiempo es dar parte de lo que somos. En ese tiempo se cuentan clases de catequesis, Cáritas parroquial, grupos de misiones, visitas a enfermos o ancianos, mediante cantos en la celebración…

Pero también podemos compartir nuestras cualidades. Quizá esa capacidad especial para sonreír, para ser amable, para acoger y servir a los demás. Podemos también tener talento para dar catequesis, para preparar y organizar cosas… Quizá con conocimientos de electricidad o de construcción, alguna cosa siempre se podrá hacer. Ofrecer como servicio a los demás no solo lo que tienes, también lo que sabes, lo que eres.

Por supuesto, hay que rezar por nuestra parroquia, pedir por los demás, por los niños y jóvenes que están creciendo en la fe; por los que no tienen trabajo o pasan dificultades de cualquier tipo. Por los que sufren, quizá por la muerte de un ser querido o por cualquier otra razón.

Pedir a Dios también por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Rezar es ser sensibles a los otros y ponerlos en las manos de Dios.

También, por supuesto, se nos llama a colaborar económicamente con las necesidades de nuestra parroquia y nuestra Iglesia. Desde los gastos más cotidianos hasta las obras de mantenimiento más complejas. Hasta por internet se puede hacer un donativo a cualquier parroquia de España en donoamiiglesia.es.

Con una aportación periódica ayudas más, porque permite elaborar presupuestos y mejorar la utilización de los recursos y planificar acciones a medio y largo plazo. Es para nuestra casa, nuestro hogar, nuestra familia. En el Día de la Iglesia Diocesana, pero también durante todo el año, colabora con tu parroquia.

COLABORA CON TU DIÓCESIS
Jesús eligió a Doce para que, desde el principio, recibieran el mensaje del Evangelio y para que, como él, mostrarán que el amor de Dios, que su misericordia se hace carne, se entrega. Desde aquellos Doce, la Iglesia ha seguido encomendando la tarea de estar unidos en Jesucristo a hombres que ha ordendo como obispos. Son sucesores de los apóstoles. Por eso, en cada diócesis hay un obispo que está unido al Papa, sucesor de san Pedro.

Es la historia de una unidad que se mantiene por los siglos de los siglos, generación tras generación. Lo más familiar para un cristiano es la unidad: en la parroquia, con la diócesis, unidos a toda a la Iglesia universal, con el Papa, en todos los tiempos.

Los datos de la diócesis de Granada en 2019

Hacemos balance de los datos de la diócesis de Granada en el pasado año 2019, una cifras que hablan de la fe que nutre la vida de toda la diócesis.

Las actividades celebrativas del pasado año nos hablan de que hubo un total de 4.269 bautizos, 5.325 primeras comuniones y 1.833 confirmaciones en todas las parroquias de la diócesis. Además de ello, se celebraron 1.059 matrimonios.

Las cifras del 2019 nos hablan de un total de 267 parroquias activas en toda diócesis, que fueron atendidas por 250 sacerdotes, 3 diáconos permanentes y un total de 2.300 catequistas.

En cuanto a vida religiosa, el balance se salda con 19 monasterios activos, 30 monjas de clausura y un total de 1.099 religiosas y religiosos. Por su parte, la diócesis registró un total de 22 seminaristas y 5 misioneros.

Escultura de Venancio Blanco en la Abadía del Sacromonte

ACTIVIDAD CULTURAL Y ASISTENCIAL
La Iglesia lleva adelante también una actividad de conservación cultural y asistencial importante.

Los datos que arroja el 2019 nos dice que la Iglesia mantiene unos 60 bienes inmuebles de interés cultural y que está embarcada en 32 proyectos de construcción, conservación o rehabilitación.

La atención caritativa que asiste a los más necesitados pudo llevarse a cabo el pasado año gracias a los 1.865 voluntarios de Cáritas, que atendieron a un total de 41.613 personas. Una atención que es llevada a cabo desde sus 166 centros sociales.

LA EDUCACIÓN DIOCESANA
Una labor fundamental que lleva a cabo la Iglesia diocesana es sin duda la educación. La archidiócesis de Granada saldó su balance de 2019 con un total de 115 centro católicos y 25.195 alumnos inscritos en ellos. 

El pasado año además se caracterizó por la puesta en marcha del Colegio Vocacional Diocesano San Fernando. Una propuesta de educación cristiana humanista que toma su nombre tanto del antiguo Seminario Menor como del colegio que existía en Capilla Real.

 

El Economato Diocesano “Santa María de la Misericordia” atiende y acompaña a las familias vulnerables de Granada

Se espera que, como mínimo, 105 familias acudan a realizar su compra presencialmente con cita previa y por turnos a lo largo del mes de noviembre acompañados por varios voluntarios al local del Economato ubicado en la calle Primavera 21.

El Economato Solidario diocesano Santa María de la Misericordia continúa realizando su labor en ayuda de las familias necesitadas de Granada abriendo sus puertas desde el 5 de octubre para que puedan realizar de nuevo su compra mensual físicamente en el Economato después de los meses de confinamiento en los que este recurso se ha ofrecido igualmente canalizado a través de las instalaciones del supermercado Coviran.

Los beneficiarios del Economato Solidario son personas y familias granadinas en situación de necesidad y en riesgo de exclusión social que no cuentan con los recursos necesarios para cubrir sus necesidades básicas en alimentos.

Por ello, los usuarios aportan un 25% del precio de los productos puestos a la venta, costeando las entidades que los derivan el 75% del resto del valor de la mercadería consiguiendo ofrecer estos bienes a precio reducido de mayorista.

“En el Economato, además de vender alimentos como un supermercado normal, lo que queremos es darle dignidad a las familias, se les atiende a todas por igual y prevemos un incremento de la demanda”, afirma el gerente del Economato D. Diego González.

SOLIDARIDAD CON LAS FAMILIAS
Siguiendo las medidas sanitarias vigentes en prevención al Covid-19, hay 105 familias citadas, por ahora, para hacer uso de este recurso y realizar su compra con un aforo máximo de seis personas en el interior del local (dos usuarios y cuatro voluntarios), uso obligatorio de mascarilla, gel hidroalcohólico y se recomienda la puntualidad para evitar el contacto físico entre los usuarios.

“Para mi el Economato es una ayuda muy grande, especialmente para personas como yo que estamos pasando ahora por dificultades económicas, la atención es muy amable y está todo perfectamente organizado”, dice Carmen, una de las beneficiarias más recientes del Economato.

Para aquellas personas que deseen ser voluntarios del Economato o hacerse socios pueden encontrar más información en Fundacionsantamariamisericordia.org o también realizar donaciones a la Fundación Santa María de la Misericordia en donoamiiglesia.es. 

María José Aguilar

Elegido para servir la mesa del altar

Alexis Franco es un laico, casado desde hace más de veinte años, que ejerce como diácono permanente en la diócesis de Granada. Hemos querido hablar con él para conocer un poco más sobre este grado de servicio clerical, que se remonta a la Iglesia de los primeros apóstoles. “Diacono” significa “el que sirve”.

Todo comenzó en una iglesia salesiana de Mérida, Venezuela. La mujer de Alexis colaboraba como catequista en la parroquia y había mucha faena. Movido por ella, decidió empezar a colaborar como catequista junto a su mujer. Después de un par de años allí colaborando, el párroco va y le dice: “tú eres un hombre casado, yo soy muy mayor y necesito ayuda. Ponte ese alba y me ayudas a repartir la Comunión".

Aquello fue como una llamada. Alexis lleva ya ocho años como diácono y su vida ha estado marcada desde entonces por el servicio a una parroquia concreta. Desde su ordenación diaconal, ha colaborado en parroquias en Venezuela, Panamá y España.

Se trata en realidad de un servicio que se remonta a los primeros siglos de la Iglesia. En los Hechos de los Apóstoles se narra ese episodio en la que los apóstoles se ven desbordados por la atención pastoral, y piden ayuda: “buscad entre vosotros a siete hombres, de buena fama, llenos de Espíritu y de sabiduría, y los pondremos al frente de este cargo [de servir las mesas], mientras que nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la Palabra” (Hch. 6, 1-6).

La figura del diácono nace entonces y se ha mantenido a lo largo de la historia de la Iglesia. Entre sus funciones un diácono permanente puede asistir matrimonios, bautizar, bendecir lugares, objetos o personas, hacer celebraciones de palabra, funerales o cualquier tipo de rito que no requiere que se celebre como tal la Eucaristía. 

APROBADO POR EL OBISPO Y POR LA ESPOSA
Nadie puede ser, en realidad, diácono si el párroco no lo designa y tanto el obispo, por un lado, como la mujer, por el otro, no lo aprueban. “Tiene que haber una autorización por escrito de la esposa en donde refleja que ella está de acuerdo en que seamos parte del clero y nos den la institución diaconal”. La parroquia a la que le destinen suele estar, de hecho, cerca del lugar donde reside la familia. 

Desde que llegó a Granada junto a su mujer, Alexis se puso al servicio de la diócesis. Fue destinado a la Iglesia del Carmen, pero al poco fue llamado a colaborar en la Basílica de las Angustias, por la necesidad que había.

“El vicario, D. Blas Gordo, me sugirió que la Iglesia de las Angustias necesitaba ayuda, para bautizos y así lo estoy haciendo desde hace un año”. Además de eso, como en los primeros siglos, como diácono permanente está siempre llamado a servir en la Catedral junto al Arzobispo, siempre que hay celebración eucarística. 

Ignacio Álvarez