25 de octubre de 2020
1350 • AÑO XXVIII

INICIO - Editorial

“La alegría de saber que el amor de Dios es fiel”

Hemos resucitado con Cristo. Somos criaturas nuevas. Hemos sido salvados por la misericordia y la gracia de Dios, porque, ¿qué mérito nuestro puede apelar al hecho de que nosotros hayamos conocido al Señor cuando tantos hombres y mujeres buenos que hay en el mundo, y en otras culturas, en otros continentes y en nuestra misma patria, sin mala voluntad por su parte, no conocen al Señor o lo desprecian? O desprecian y luchan contra la Iglesia porque ven en ella a nada más que una institución humana de poder o de influencia que consideran perniciosa –repito- sin necesariamente tener mala voluntad. Pero nosotros deberíamos estar dando saltos de alegría. No os invito a que os pongáis a dar saltos en la Catedral, pero nuestro corazón debería estar dando saltos de alegría, porque hemos recibido la filiación divina, hemos recibido el conocimiento de Dios, el Espíritu Santo, que nos hace hijos de Dios, que nos permite vivir con la confianza que un niño pequeño tiene cuando está jugando en la cercanía de su Padre.

Deberíamos vivir en esa alegría y recordar cuando nuestras fuerzas se nos gastan, pues recordar que la verdad más profunda de nosotros es el amor que Dios, rico en misericordia, nos ha dado en Su Hijo, haciéndonos partícipes de su misma vida. Y vamos a recibirLe, una vez más, porque Dios es fiel, porque Dios no se cansa de nosotros. Qué privilegio poder recibirlLe todos los días, como la mayoría de los que estáis aquí lo recibís.

Que el Señor nos dé la sabiduría, pero, sobre todo, que nos dé la alegría grande de saber que el amor de Dios es fiel y que estamos salvados; que hemos resucitado ya con Cristo, puesto que Cristo vivo y resucitado se une misteriosamente a nosotros, a cada uno de nosotros, con nuestra pobreza en cada Eucaristía. Y no sólo eso. Llega a decir: “Estáis sentados a la derecha con Cristo, a la derecha del Padre, hasta que se revele en toda plenitud Su Gloria y Su Amor”.

Que el Señor nos deje vivir en esa alegría que es don del Espíritu Santo, también los lunes.

+ Javier Martínez
Arzobispo de Granada

19 de octubre de 2020
S.I Catedral de Granada

Escuchar homilía