4 de octubre de 2020
1347 • AÑO XXVIII

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Sacramentos de vida cristiana

Aproximación bíblica al matrimonio

La Revelación bíblica introduce un nuevo modo de considerar el matrimonio con respecto a los pueblos circundantes en el plano ideológico y ritual; pero aun así no prescinde del medio ambiente sociológico en el que vive. Subsiste la poligamia, a pesar de la monogamia manifestada desde el primer momento de la creación de la pareja humana.

El ideal de la fecundidad y la preocupación por tener una familia poderosa hacen desear hijos numerosos (Jue 8,30 -12,8, 2Re 10,1), lo que conduce naturalmente a la poligamia.

El autor yahvista, cuyo ideal era monogámico (Gen 2,18-24), estigmatiza la poligamia atribuyendo su origen a una iniciativa del bárbaro Lamec. Sin embargo, a todo lo largo de la Biblia se encuentra el uso de tener dos esposas (1Sa 1,2 Dt 21,15) o de tomar concubinas y mujeres esclavas (Gen 16,2 30,3 Ex 21,7-11 Jue 19,1 Dt 21,10-14). Los reyes contraen gran número de uniones, por amor 2Sa 11,2ss o por interés político (1Re 3,1); así aparecen grandes harenes (1Re 11,3 2), en los que el verdadero amor es imposible (Est 2,12-17). 

MITOS IDEOLÓGICOS
En el plano ideológico y ritual la sexualidad adquiere con la Revelación bíblica un fundamento totalmente nuevo. Hasta entonces el Oriente sacralizaba la sexualidad en los mitos, donde se expresaban las experiencias de la vida social del hombre, sus relaciones con los dioses y las fuerzas cósmicas. La sexualidad humana tenía como prototipo la sexualidad de los dioses en su fecundidad; ahora bien, puesto que la procreación estaba ligada a la creación, los mitos del dios-padre y de la diosa-madre sacralizaban así la sexualidad humana. El amor entre las divinidades y las historias de los litigios de amor entre dioses y diosas (Juno y Venus son los más famosos en este sentido) se convierten en prototipos de la sexualidad de los hombres, que resulta así sacralizada.

Este lazo ideológico entre los hombres y el mundo de los dioses se plasma en una experiencia materializada y vivida en un rito que va a introducir al hombre en la esfera de los dioses. Los ritos tienden a reproducir la acción del dios idealizado en el mito. Por ejemplo, el matrimonio de un dios está representado por el rey que personifica a toda la ciudad y que se une a una sacerdotisa. Esta acción mágica debe asegurar a toda la ciudad la abundancia de los frutos de la tierra y la vuelta regular de las estaciones.

Pero la Revelación divina termina con estos mitos. De hecho sólo admite a un Dios, Padre único, más allá y por encima de toda sexualidad. Por lo tanto desaparecen todos los ritos sexuales, como la prostitución sagrada (cfr. Dt 23, 18-19). Pero aun así la sexualidad seguirá siendo sagrada también para el pueblo del Israel, en el sentido que el origen de toda vida está en Dios mismo. Algunos textos bíblicos, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, ponen de relieve el cambio radical introducido por la Revelación bíblica en este sentido.

 Ignacio Fernández González
Sacerdote diocesano