13 de septiembre de 2020
1344 • AÑO XXVIII

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Sacramentos de vida cristiana

Estudio del sacramento del matrimonio

 

El estudio del sacramento del matrimonio es de los más complejos, pues debe tener en cuenta la historia de las costumbres matrimoniales de los diversos pueblos, los ritos pre-cristianos del matrimonio, la antropología, la sociología, la psicología, la visión bíblica y la postura de la Iglesia.

RASGOS HISTÓRICOS GENERALES
El matrimonio y la familia forman parte de la cultura de la humanidad, son exponentes de la idiosincrasia de cada pueblo, de su historia e identidad cultural, de sus sentimientos y creencias, de sus principios éticos. De hecho, los historiadores clásicos destacan, entre las peculiaridades de los pueblos, aquellas que se refieren a la vida conyugal y familiar. Las primeras manifestaciones literarias de los pueblos demuestran las repercusiones que tiene en la vida humana todo lo que se refiere a la familia. 

El matrimonio se celebra desde muy antiguo como una gran fiesta familiar y social. Las diversas ceremonias de esta fiesta tienen un simbolismo humano y religioso, que pone de relieve el significado del matrimonio, entendido como cohabitación de la pareja (generalmente paso de la novia a la casa del novio) y como cambio de lares (dioses) familiares o sumisión de la novia a las fuerzas bienhechoras y protectoras de la familia del novio. Se rechaza por principio el matrimonio entre personas de distinta cultura (raza, pueblo, religión) para que esta integración de la pareja sea mayor.

El matrimonio se celebra como un acontecimiento de consecuencias decisivas e irreversibles; se concertaba entre las familias de los novios y se formalizaba mediante ritos o celebraciones que significaban el tránsito de la novia de la casa paterna a la casa del novio. 

Fundamentalmente el matrimonio consiste en una relación interpersonal, que lleva consigo derechos y deberes recíprocos, propios y exclusivos de los esposos. Pero además del matrimonio monógamo existe también todavía hoy en algunas culturas más tradicionales la poligamia. Los antropólogos constatan también otras formas de matrimonio practicadas de forma muy excepcional, como la poliandria (vinculación legal de varios varones a una sola mujer). El matrimonio monógamo responde mejor al ideal de la unión conyugal y es en la práctica una forma de matrimonio que se ha visto favorecida por el desarrollo de las libertades de la cultura occidental.

La familia humana tiene desde sus orígenes unas convicciones éticas fundamentales, como son las de evitar los enlaces matrimoniales entre los parientes más cercanos y la obligación que tienen los cónyuges de guardarse mutua fidelidad (el castigo del adulterio). El matrimonio se considera un pacto firme que no puede romperse a no ser por problemas que en general deben ser reconocidos social o legalmente. El “derecho matrimonial” tiene antecedentes muy antiguos y responde a la necesidad de establecer unos principios justos que protejan la estabilidad de la familia y el desarrollo de sus funciones esenciales y que canalicen la solución de los conflictos que pueden surgir entre sus miembros.

Ignacio Fernández González
Sacerdote Diocesano