5 de julio de 2020
1338 • AÑO XXVIII

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Funerales por las víctimas del covid-19

Descanso eterno por los fallecidos y acompañar a las familias en el duelo

En la Santa Misa, en el funeral por las víctimas del covid-19.

Celebrados los dos funerales en la Catedral de Granada por las víctimas del coronavirus, el primero de ellos con la asistencia de autoridades. Nuestro arzobispo recordó que los fallecidos han sido abrazados por la misericordia de Dios y gozan ya de la gloria eterna, al mismo tiempo que señala que sus familias necesitan nuestra ayuda para afrontar este duelo.

La Catedral de Granada acogió el 29 y 30 de junio los dos funerales en la Diócesis, para rezar por el descanso eterno de las víctimas fallecidas del coronavirus y por sus familias, que en muchos casos no han afrontado el duelo, especialmente doloroso porque en la pérdida de sus seres queridos no han podido despedirse de ellos o de ofrecer funerales.

Todos ellos han estado muy presentes en la celebración litúrgica, a la que también, el primer día, se unieron autoridades autonómicas, provinciales y locales. A la Santa Misa, estuvieron especialmente convocados, además de familiares y fieles en general, los profesionales sanitarios que atendían a los enfermos, los capellanes hospitalarios y los agustinos recoletos, éstos últimos dedicados en la pandemia a ofrecer responsos en el cementerio, así como los trabajadores de residencias de ancianos, que es el grupo de personas más afectadas por la pandemia y de Cáritas Diocesana.

AYUDAR EN EL DUELO
Además de las víctimas mortales y sus familias, también estuvieron presentes en las oraciones elevadas a Dios los contagiados por el virus, los ancianos, las personas con más riesgo o quienes sufren las consecuencias de esta pandemia a nivel social y económico, como aquellos que se han quedado sin trabajo. Y de forma especial ha sido la súplica por los fallecidos y sus familias, de quienes nuestro arzobispo D. Javier Martínez recordó que “necesitan de nuestra ayuda para hacer ese duelo”.

Mons. Martínez trasnmitió la esperanza cristiana para quienes ya gozan de la gloria eterna, porque la misericordia de Dios es infinita y a todos acoge el Señor con los brazos abiertos en el Cielo. Asimismo, D. Javier ha expresado su preocupación por las familias que llevan consigo la herida abierta del fallecimiento del ser querido. “Todos somos parte de la misma humanidad. Todos somos compañeros de camino en este tramo de la historia”, ha señalado nuestro arzobispo, para indicar los lazos que nos unen como personas, y especialmente en la condición de cristianos por la comunión de los santos. Precisamente, sobre esa comunión de los santos, de quienes ya no están con nosotros y nos preceden en el Reino de los Cielos, nuestro arzobispo subrayaba que “la muerte no rompe la unión de unos con otros”.

En la misa funeral se oró por nuestros fallecidos granadinos de la provincia y también por aquellos de otras partes de España y del mundo, aún más golpeados. Nuestra diócesis, que ofreció en el momento de más recrudecimiento durante la pandemia el Seminario Mayor San Cecilio para acoger a los enfermos en caso de ser necesario, también ha sido testigo de pequeños gestos de humanidad, que han aflorado en las circunstancias más difíciles. En este sentido, D. Javier Martínez recordó que todo, hasta el gesto más pequeño o para nosotros más insignificante, no queda sin recompensa del Señor.

Esta realidad del coronavirus, que hace seis meses nadie pudo imaginar, ha llevado a ese florecimiento de nuestra humanidad en gestos, haciendo que el pueblo sea “el gran héroe de la pandemia”, por ejemplo en el seno de las propias familias, en las personas que se han ofrecido a ayudar y en las personas que, desde los hospitales y otras profesiones, han entregado su esfuerzo y dedicación para hacer frente a esta crisis sanitaria, tal y como recordaba D. Javier Martínez en sus palabras.

Paqui Pallarés

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