Nº 1335• AÑO XXVIII
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El jueves 11 de junio
Granada vive con recogimiento y devoción su amor al Señor,
en el Corpus Christi
Este año, con motivo del coronavirus, la celebración ha tenido lugar únicamente en la Catedral, con procesión claustral y adoración a Dios, para rezar especialmente por las víctimas del covid-19 y sus familias.
Granada ha vivido hoy 11 de junio uno de los “tres jueves que relucen más que el sol”. Aunque la situación de pandemia actual no ha permitido la tradicional procesión con el Santísimo en la Custodia por las calles de nuestra ciudad, eso no ha impedido que en la Iglesia diocesana celebremos hoy jueves el don del amor de Dios por nosotros en Jesús Sacramento, durante la fiesta del Corpus Christi. La Diócesis se ha unido en comunión desde la Catedral, y desde los medios de comunicación que han emitido en directo, a la participación en la Santa Misa y posterior procesión por la nave central del Santísimo, que ha concluido con un tiempo de adoración al Señor. Esta adoración se ha ofrecido de forma especial por las víctimas del coronavirus y sus familias.
En total, 600 fieles, que es el aforo permitido en la situación de fase 3 de desescalada, han asistido a la Santa Misa, oficiada por nuestro arzobispo D. Javier Martínez, en la que han concelebrado una treintena de sacerdotes, y con asistencia de autoridades civiles y militares, entre ellos el presidente de la Diputación y el alcalde de Granada. También han asistido los hermanos mayores de las hermandades y cofradías de Granada, con su presidente federativo D. Jesús Muros, así como el hermano mayor de la hermandad patronal.
GESTOS DE AMOR Y AGRADECIMIENTO
En su homilía Mons. Martínez ha hablado “del amor como corazón de la fiesta del Corpus, fruto del amor infinito de Dios y siembra de ese amor en nuestras vidas”. “Cuántos gestos de amor se han vivido, incluso entre personas no practicantes o no creyentes”, señaló. “Estamos hechos para el amor, el Espíritu del Señor lo hace aflorar donde quiere”, explicó D. Javier, quien ha agradecido públicamente la entrega de tantas personas en este tiempo de pandemia, como los sanitarios en su conjunto o profesores, por mencionar algunos, pero extensibles también a muchas personas anónimas que se han unido para colaborar en lo que estaba en su mano en este tiempo de sufrimiento.
En el contexto actual de pandemia, D. Javier ha invitado “a no olvidar lo bueno y bello que hemos vivido estos días, en los que ha aparecido lo mejor (y lo peor también en algunos caso), pero el amor del Señor es infinitamente más grande”. “Ahora nos toca en la vida ordinaria, en lo que se llama la ‘nueva normalidad’, quiera Dios que sea lo más normal posible, pero va a haber mucho sufrimiento, muchas personas necesitadas”. Ha recordado a las organizaciones dedicadas a mitigar esa necesidad, pero ha invitado a los fieles a implicarse en las necesidades de quienes tengamos más cerca, porque “el amor sólo funciona cuando es capilar, cuando es la forma de vida de un pueblo”. En este sentido, ha recordado el trabajo de distintos monasterios y parroquias de la diócesis, con implicando de todo el pueblo, colaborando para hacer batas y mascarillas en los momentos más duros de la epidemia. “Quiero agradecer todos esos gestos y a todos los que han contribuido de un modo o de otro en este tiempo que ha sido especialmente difícil para tantas personas”. También ha recordado a quienes han fallecido y quienes sufren como consecuencia de la pérdida de seres queridos.
En sus palabras durante la homilía, nuestro arzobispo ha comunicado a los fieles la próxima celebración de una Eucaristía funeral para rezar por las víctimas del coronavirus de nuestra diócesis, especialmente por nuestros ancianos, y por sus familias. Esta misa funeral se celebrará en la Catedral y está prevista para el 30 de junio, a las 20 horas.
PROCESIÓN
El momento más intenso y devocional se ha vivido en la procesión claustral, con el Santísimo Sacramento llevado en andas por miembros de distintas corporaciones de hermandades sacramentales, en una custodia que fue propiedad de la Sierva de Dios Isabel La Católica. El pueblo rompió en aplausos mientras entonaba el "cantemos al Amor de los amores" en el momento en que el canónigo y párroco de Virgen de Gracia, D. Miguel Ángel Morell, colocaba la Sagrada Forma en la custodia.
El Santísimo Sacramento ha recorrido la nave central en una procesión sencilla, pero con la misma intensidad vivida que otros años a su paso por las calles de Granada, y de gran recogimiento entre el pueblo de Dios. Un pueblo de Dios que ha podido participar aunque no estuviera presente en el interior de la Catedral, por las limitaciones del aforo establecidas con motivo del coronavirus, y que lo ha hecho a través de los medios de comunicación, entre ellos en la televisión diocesana por internet Virgen de las Angustias Televisión (www.vatelevision.com).
La procesión con el Santísimo Sacramento ha recorrido la nave central hasta el final del templo, para regresar por la misma nave hacia el altar mayor, donde el Señor ha quedado expuesto, para presidir el tiempo de adoración eucarística. En esta adoración, a los tiempos de silencio y oración personal le han sucedido también los momentos de lectura con textos para ayudar a la meditación, como los de pontífices como san Juan Pablo II.
OCTAVA DEL CORPUS
Con la solemnidad celebrada en Granada del Corpus Christi hoy jueves se da paso ahora a la Octava, que se celebrará del 12 al 18 de junio, del mismo modo que la celebración de esta mañana. La Octava se celebrará a las 19 horas, con la Santa Misa, la procesión con el Santísimo por la nave central y la adoración eucaristía ante Jesús Sacramentado expuesto delante del altar en la Custodia de la Sierva de Dios Isabel La Católica.
La celebración del Corpus ha concluido con la bendición final, especialmente dirigida a todos los asistentes y participantes, y especialmente "a quienes más lo necesiten". "El Señor quiere llegar a aquel que tenga más necesidad, al que se sienta más herido en su corazón y en esperanza o en su fe; a quien necesite fuerzas para seguir queriendo a los hijos, a los padres o a los hermanos; quien más necesite la Gracia de Dios".
Paqui Pallarés