17 de mayo de de 2020
1331 • AÑO XXVIII

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Cadena solidaria

 Alomartes, un pueblo volcado en la ayuda ante el Covid-19

 Trabajadores de los hospitales dan las gracias por las batas y mascarillas fabricadas en Alomartes.

 

Un grupo de 60 mujeres fabrica batas sanitarias y mascarillas, que actualmente distribuyen por toda España, en una implicación de todo el pueblo que colabora en donaciones de material o alimentos, ante la necesidad surgida y originando así una cadena solidaria.

El pueblo de Alomartes lleva ya tiempo puesto manos a la obra para fabricar batas sanitarias y mascarillas para hospitales y residencias, y colaborar en todo lo necesario con donaciones y alimentos ante la necesidad que ha traído consigo el Covid-19. “Esa cara de agradecimiento que nos han mostrado es una alegría, es una satisfacción ver que un pueblo se puede volver solidario de un día para otras a estas magnitudes”, explica D. Juan Carlos Burgueño, párroco en Alomartes, Tocón y Brácana, en esta entrevista.

- Cómo surgió esta iniciativa.
Surgió desde una perspectiva humanitaria de las mujeres que querían colaborar. En principio, simplemente para subsanar algunas deficiencias en Alomartes. Se comenzó con unas pocas mascarillas, y posteriormente nos unimos a la cadena solidaria Mascarillas solidarias, Batas solidarias, de Granada. Y aumentó todo de tal forma, que, al final, hemos estado cubriendo las necesidades de Alomartes, como también ayudando a todo el municipio de Íllora. Y después, también surgió la necesidad de hospitales, residencias, y todas las personas. Fueron multitud las llamadas solicitando ese tipo de ayuda. Surgió como un tema de un grupo de mujeres y, al final, esto se engrandeció enormemente.

- Y cómo empezaron a hacer esas primeras mascarillas y batas.
Comenzamos primero haciéndolo cada uno en su casa, donando telas de algodón, pero nos dimos cuenta que hacía falta algo más. El algodón no protegía lo suficiente y teníamos que investigar un poco para hacerlo con mascarillas de más calidad. Empezamos a ponernos en contacto con el Zaidín, con toda la gente que llevaba el tema de TNT y, a través de ellos, nos abrimos a un mundo totalmente desconocido. Pero gracias a la colaboración de Guardia Civil, ayuntamiento de Alomartes, de las mujeres, de la hermandad, la comisión de fiestas… Todo el mundo se ha volcado . Y ya no se quedó en unas simples mascarillas, sino que nos fuimos a una cosa aún mayor: comprar material, y con las donaciones de la misma gente se ha hecho una labor inmensa.

- Cómo se distribuye todo esto.
A nosotros nos traen el pedido ya cortado y preparado todo el material. Nosotros lo confeccionamos y se lo devolvemos a los que nos lo encargan. Tenemos también material que nosotros mismos hemos comprado y vamos empaquetando y vamos haciendo, y conforme van llamando se lo vamos enviando, sean residencias, centros de salud, hospitales. A todos los que nos van llamando. ¿Cómo han localizado el teléfono? Eso es una sorpresa para todos, pero los teléfonos han volado y a través de una muchacha de aquí de la hermandad que trabaja en Granada la centramos en ella y su teléfono se ha expandido. Y hay pedidos desde Alcalá, Cádiz, Jaén, Motril, Granada, Hernani. Es decir, una cosa gigantesca. Ante la necesidad, la gente se acoge a un clavo ardiendo.

- Entonces, vuestro material fabricado se distribuye por toda España.
De algún modo, sí. Porque además del que fabricamos nosotros con material nuestro, desde Mascarillas solidarias, Epis solidarios, esto también se está enviando para todos lados. La cantidad es tan ingente y la cantidad de residencias… No sólo de la provincia. Estamos hablando de Alcalá, de Cabra, de Archidona, de Loja, de Madrid, donde nos lo han pedido a través de conocidos, de gente que trabaja en hospitales y tiene gente en hospitales, y nos han pedido material. Estamos enviando a todo el que nos llama. Hemos intentado por todos los medios no rechazar ningún pedido. Y hasta el momento, sólo hemos rechazado uno, porque se nos amontonaba el trabajo.

- Cuántas personas sois.
En Alomartes estamos colaborando unas 60 personas. 60 mujeres cosiendo más sus maridos, porque también hay que considerar la importancia de los maridos en estos casos, con su paciencia y ayudándolas a ellas doblando y haciendo lo que pueden también. En el salón parroquial, como centro logístico, colaborando otras 8 o 10 personas. Es decir, estamos hablando de unas 70 personas aproximadamente.

- Hay una clara implicación del pueblo.
No sólo implicación, sino que el pueblo cuando ha visto lo que se estaba haciendo, han aportado en todos los sentidos, tanto económicamente (porque saben que el gasto en este material no es precisamente barato) como al ir detectando a personas con necesidades hemos hecho un pequeño banco de alimentos, que de pequeño ya no tiene nada, es gigantesco, atendiendo a esta gente. La gente, todo el pueblo se ha volcado. Todo el pueblo se ha implicado. Coser, la que puede coser. La que no tiene máquina para coser, desinfectando, envolviendo. Cada uno ha puesto lo que ha podido. Y todo ello guardando la mayor disciplina. Es decir, nadie se ha movido de su casa, excepto un voluntario que con el coche iba llevando y trayendo. Y a través de él, lo paraban en todas las calles para hacer su aportación económica, de alimento, para dar ánimo. Y lo mejor de todo es el agradecimiento cuando ves las caras de los médicos, de los enfermeros, de las trabajadoras de las residencias. Esa cara de agradecimiento que nos han mostrado es una alegría, es una satisfacción ver que un pueblo se puede volver solidario de un día para otras a estas magnitudes.

- Le ha llegado algún eco de las personas que participan.
El corazón te toca desde el primer momento que te llaman para pedirte ayuda o decir si quieres colaborar. Son muchas las llamadas de las mujeres que están colaborando y algunas emocionadas, llorando, han enviado videos en redes sociales. Es una enorme gratitud de la gente hacia las personas que están llevando esto adelante. Son ellas las que lo llevan adelante. Ellas, después de su esfuerzo, de su dedicación, de su aportación económica, están enormemente agradecidas a todos nosotros, cuando son ellas las artífices de todo esto. Porque aquí está muy implicado el ayuntamiento de Alomartes, la comisión de fiestas, Guardia Civil, municipales, voluntarios… todo el mundo, pero toca el corazón ver esas caras, por ejemplo cuando hemos hecho pequeños lotes con chucherías, unos regalillos, unas mascarillas especiales para niños con su decoración. Y cuando íbamos repartiéndolas por la calle nos escoltaba la Guardia Civil para que se mantuviese evidentemente la distancia reglamentaria, y veías esa cara de ilusión de los niños, las madres agradecidas por acordarnos de sus niños. Son tantos los gestos, incluso cuando vamos a residencias, hospitales, que nos han devuelto mensajes por Facebook y whatsapp dándonos las gracias. Me llamó la atención el Ruiz de Alda, aquellas enfermeras que después de aplaudir a las 8 de la tarde hicieron su video dando las gracias al pueblo de Alomartes. Te sientes partícipe de un gran proyecto, que es muy pequeño, podemos aportar muy poco, pero es un proyecto muy ilusionante.

Paqui Pallarés