10 de mayo de 2020
1330 • AÑO XXVIII

INICIO - Textos

Jornada de la Acción Católica
y
del Apostolado Seglar 2020

"Hacia un renovado Pentecostés"

Mensaje de los obispos Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida con motivo del Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar.

La celebración del día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar, que coincide cada año con la solemnidad de Pentecostés, se sitúa en continuidad con el Congreso de Laicos, en el que hemos sentido la llamada a vivir como Iglesia un renovado Pentecostés.

No olvidamos tampoco en esta Jornada los momentos difíciles que hemos sufrido en España y, al final de este tiempo de Pascua, oramos para que sigamos viviendo en actitud de esperanza en Cristo resucitado, que ha vencido el dolor y la muerte, y bajo la guía del Espíritu Santo, que nos invita a confiar en la promesa de que Jesús va a estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (cf. Mt 28, 20).

El Congreso de Laicos, Pueblo de Dios en salida, que convocó la Conferencia Episcopal Española, en el mes de abril de 2018, y encomendó su organización a la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, tuvo una fase precongresual marcada por la sinodalidad y el discernimiento, procurando que los laicos de las diócesis, movimientos y asociaciones se sintieran protagonistas de este momento eclesial.

Ahora se trata de dar continuidad a este sueño, a este anhelo de trabajar como Pueblo de Dios, valorando la vocación laical y lo que aporta a nuestra Iglesia en el momento actual. 

Tras ese camino recorrido, los días 14 al 16 de febrero tenía lugar el Congreso en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo de Madrid. Nos hemos juntado más de dos mil personas, enviadas de las diócesis españolas, de la mayoría de los movimientos y asociaciones laicales, junto con miembros de la vida consagrada, sacerdotes y setenta obispos. Ha sido, sin lugar a dudas, un gran encuentro de comunión, un ejercicio de discernimiento, de escucha, de diálogo y puesta en práctica, a través de una gran variedad de experiencias y testimonios, de la riqueza y pluralidad de nuestra iglesia española. Tanto los mensajes, como las celebraciones, los momentos lúdicos y la puesta en escena fueron cuidados con un especial esmero con el deseo de transmitir a la sociedad española una imagen de Iglesia en salida.

Ahora se trata de dar continuidad a este sueño, a este anhelo de trabajar como Pueblo de Dios, valorando la vocación laical y lo que aporta a nuestra Iglesia en el momento actual. Se trata de redescubrir la importancia del sacramento del bautismo, como fuente de donde brotan los diversos carismas para la comunión y la misión. Llamados y enviados, por eso: discípulos misioneros (…)

Ponencia durante el pasado Congreso de Laicos en Madrid.

 

Tras el camino recorrido en las fases precongresual y congresual, hemos identificado cuatro itinerarios (primer anuncio, acompañamiento, procesos formativos y presencia en la vida pública) que serán los hitos que habremos de desarrollar en los próximos años en la pastoral con el laicado y, concretamente, desde las Delegaciones de Apostolado Seglar, los Movimientos y Asociaciones.

Además, el sueño de un renovado Pentecostés en nuestra Iglesia española se irá haciendo realidad en la medida en que incorporemos en todas nuestras acciones un estilo de trabajo pastoral que venga marcado por dos ejes transversales: la sinodalidad y el discernimiento.

El papa Francisco, denominado por algunos como el papa sinodal, afirma que: “El camino de la sinodalidad es el camino que Dios espera de la Iglesia del tercer milenio (…), y que la sinodalidad es dimensión constitutiva de la Iglesia” (Francisco, en el 50 aniversario de la Institución del Sínodo de Obispos, 2015). Para hablar de sinodalidad el papa Francisco utiliza varias imágenes. Unas veces habla de una pirámide invertida donde los ministros están al servicio de todos; otras veces de una canoa donde todos reman en una dirección; y en ocasiones prefiere usar la imagen del poliedro (EG, n. 236).

No lo olvidemos, hemos iniciado un proceso de discernimiento sinodal, que tenemos que seguir haciendo realidad en nuestra Iglesia, siempre bajo la guía del Espíritu Santo.

La sinodalidad es un arte que nos conduce a vivir la comunión y a descubrirla como la clave para la evangelización, su finalidad es relanzar el sueño misionero. “La puesta en acción de una Iglesia sinodal es el presupuesto indispensable para un nuevo impulso misionero que involucre a todo el Pueblo de Dios” (CTI, n. 9).

El post-congreso es un camino abierto y depende de todos nosotros: obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, laicos y laicas. Todos nos necesitamos para ser esta Iglesia en salida que anuncia el gozo del Evangelio en medio del dolor y las heridas, con que hemos sido marcados por la pandemia de la Covid-19. Esta experiencia nos ha servido para tomar conciencia de que no solo a nivel de Iglesia, sino también de sociedad, todos nos necesitamos, porque de la conducta de uno depende el destino de los otros.

Los representantes granadinos que asistieron al Congreso de Laicos en Madrid.

 

Como ha ocurrido con las fases precedentes, el post-congreso será una acción de toda la Iglesia española –no solo geográficamente hablando, sino también sustantivamente–, alentada por nuestros pastores y conducida por todos los miembros del Pueblo de Dios. Por eso es fundamental que vivamos la comunión, que todos nos sintamos llamados a la corresponsabilidad, a la misión compartida. En esta tarea ardua de fortalecimiento de la dimensión comunitaria de nuestra fe juega un papel fundamental, en el futuro, la Acción Católica, que debemos seguir impulsando y revitalizando con mayor ardor apostólico.

No perdamos la capacidad de seguir soñando juntos. Este proceso tiene ahora una clara continuidad. No hemos acabado con este Congreso, sino que constituye el punto de partida de nuevos caminos. No lo olvidemos, hemos iniciado un proceso de discernimiento sinodal, que tenemos que seguir haciendo realidad en nuestra Iglesia, siempre bajo la guía del Espíritu Santo.

Sabremos que estamos caminando hacia un renovado Pentecostés si como Iglesia, Pueblo de Dios en salida, viviendo en comunión, nos ponemos manos a la obra en la misión evangelizadora desde el primer anuncio, creando una cultura del acompañamiento, fomentando la formación de los fieles laicos y haciéndonos presentes en la vida pública para compartir nuestra esperanza y ofrecer nuestra fe.

(…)

Presidente y Consiliario de Manos Unidas:

Mons. Carlos Manuel Escribano Subías, Obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño

Subcomisión de Familia y Vida:

Mons. José Mazuelos Pérez, Obispo de Asidonia- Jerez
Mons. Juan Antonio Reig Pla, Obispo de Alcalá de Henares
 Mons. Francisco Gil Hellín, Arzobispo Emérito de Burgos
Mons. Ángel Pérez Pueyo, Obispo de Barbastro-Monzón
Mons. Santos Montoya Torres, Obispo Auxiliar de Madrid Subcomisión de Infancia y Juventud 
Mons. Arturo Ros Murgadas, Obispo Auxiliar de Valencia
Mons. Francisco Jesús Orozco Mengíbar, Obispo de Guadix Consiliario de Acción Católica
Mons. Antonio Gómez Cantero, Obispo de Teruel y Albarracín Foro de Laicos
Mons. Sergi Gordo Rodríguez, Obispo Auxiliar de Barcelona Consiliario de Cursillos de Cristiandad
Mons. José Ángel Saiz Meneses, Obispo de Terrassa