3 de mayo de 2020
1329 • AÑO XXVIII

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Con motivo de la crisis del coronavirus 

Orar ante la Virgen de las Angustias desde la verja

Vista exterior de la Basílica de las Angustias.

Quienes pueden salir a la calle, en tiempos de confinamiento, como hacer la compra o pasear el perro, aquellos que pasen por delante de la fachada de la Basílica de Nuestra Señora de las Angustias podrán ofrecer así sus oraciones y sentirse más cerca de Nuestra Madre.

En la actual situación de confinamiento en nuestras casas con motivo de la crisis sanitaria, la Basílica de las Angustias quiere acercar a todos en la medida de sus posibilidades a Nuestra Madre. Por ello, cada día abre sus puertas, con la reja cerrada, a través de cuyos barrotes puede verse la Sagrada Imagen de Nuestra Señora de las Angustias, que, al fondo, en el camarín, a los pies del altar, sigue esperando la oración de sus hijos.

En su recorrido para hacer la compra o pasear el perro, que son algunas de las actividades permitidas en este tiempo de confinamiento para salir de las casas, quienes pasen por delante de la fachada de la Basílica podrán ofrecer así sus oraciones y sentirse más cerca de Nuestra Madre. El horario de apertura de las puertas y desde la reja, cerrada, es de 11 a 13 horas, y de 18:45 a 20 horas. Desde la parroquia, desean que en unas semanas pueda abrirse algo más el templo.

Mientras, la basílica centra su vida pastoral en la atención telefónica a los fieles, y en videoconferencias con los grupos de la parroquia, “que nos ayuden a continuar los contactos, momentos formativos y también litúrgicos o de caridad”, explicó D. Blas Gordo, su párroco. Esta vida pastoral a través de las nuevas tecnologías, como en el caso de las redes sociales, “nos ayudan también a seguir saliendo a otros aerópagos para llevar a Jesús”, señaló el párroco de la basílica.

Otros templos de la diócesis, como la Colegiata de los Santos Justo y Pastor, en Granada, abre también sus puertas con la reja cerrada, para permitir a quienes se acerquen contemplar y orar desde fuera al Santísimo Sacramento, que está expuesto al fondo e iluminado, lo que permite que sea bien divisado desde el exterior. Un acercamiento al Señor que también está acompañada con la música gregoriana que desde dentro puede escucharse en el entorno de la Plaza de la Universidad, por iniciativa de su párroco.

Paqui Pallarés