26 de abril de 2020
1328 • AÑO XXVIII

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 A la espera de juicio contra la compañía

 La zona norte pasa su confinamiento con cortes de luz
pese a las reformas
 

Mapa de la zona norte de Granada.

A pesar de las garantías que ofrece el Real Decreto del estado de alarma en lo que al suministro de luz eléctrica se refiere, la zona norte de la ciudad de Granada sigue expuesta a las difíciles condiciones motivadas por los constantes apagones de luz que llevan produciéndose desde hace años.

Aunque el decreto que rige el estado de alarma en España habla de que las autoridades podrán incluso tomar las medidas necesarias para garantizar el suministro de energía eléctrica, los vecinos de barrios como la Paz, Molino Nuevo, Rey Badis o Cartuja siguen estando sujetos a cortes de luz diarios, incluso a veces de más de 24 horas, que nos les permiten llevar a cabo actividades tan básicas como poner una lavadora, ducharse con agua caliente o preparar la comida.

Desde el último encierro llevado a cabo en la Iglesia de San Francisco por el sacerdote párroco en la barriada de La Paz, D. Mario Picazo, junto con el Defensor de la Ciudadanía de Granada, Manuel Martín, la compañía eléctrica acordó llevar a cabo una reforma de las instalaciones.

“Yo que estoy viviendo en el barrio, mastico la tensión, veo las situaciones de sufrimiento y me doy cuenta de la injusticia tan grande que supone vivir en estas condiciones”, dice el sacerdote D. Mario Picazo, para quien la situación está lejos de haberse resuelto a día de hoy, después de una situación que lleva prolongándose durante 9 años. “Cuando la gente no se pone en ese pellejo no sabe lo que es esto”, reitera.

TRAS LA INVERSIÓN SIGUE HABIENDO CORTES
Lo último ha sido la puesta en marcha por parte de la compañía eléctrica de un plan de emergencia ante la situación de pandemia por valor de tres millones de euros. Las obras de mejora han consistido en la renovación de miles de metros de cableado de alta y baja tensión, así como la instalación de cuatro nuevos transformadores y de la digitalización de la misma red, de modo que las incidencias puedan atenderse de forma más inmediata.

A pesar de todo, aún existen familias que siguen viviendo en las mismas o peores condiciones, acentuadas ahora por el obligado confinamiento. “Si en determinadas zonas se ha arreglado un poquito, en otras, en absoluto”, asevera el Defensor de la Ciudadanía, Manuel Martín, que sigue manteniendo su apoyo.

“Los cortes de luz muy mal. Yo soy una persona que necesito oxígeno y hemos estado hasta tres o cuatro horas sin luz”, cuenta Francisca, una vecina de toda la vida del barrio de la Paz que sigue pagando sus facturas. “Nos hemos llegado a tirar nueve y diez horas sin luz, y yo porque tengo bombona, pero el momento en que se acabe y no pueda llamar para que me la traigan, ¿qué hago?”, dice con clara preocupación.

Desde el portal web de la delegación en Granada de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), puede consultarse un cuadro de incidencias elaborado por los miembros de esta asociación que da cuenta de algunos de los cortes que se siguen sucediendo estos días en La Paz o Rey Badis.

LA SITUACIÓN, A LA ESPERA DE JUICIO
Mientras sigue efectuándose la denuncia desde los medios de comunicación, varias asociaciones han interpuesto ya una denuncia a la compañía a la espera de juicio. Estas son la Asociación Gitana Anaquerando, la Fundación Lestonnac-Montaigne, la Parroquia de La Paz y Sagrada Familia además de APDHA.

La compañía eléctrica achaca buena parte del problema al fraude eléctrico que suponen los numerosos empalmes ilegales de la red que se efectúan, según ella, en más del 60% de los suministros de la zona Norte. Varios de esos empalmes eléctricos aseguran que son debidos a diversas plantaciones de marihuana que requieren de mucha cantidad de potencia de la red para mantenerse iluminadas.

Se trata sin duda de un problema complejo, al que se le añade una cuestión social de fondo y es la de que buena parte de los pisos de protección oficial que ofrece la Junta se concentran mayoritariamente en esta zona de Granada. “Esos pisos, bastante de ellos mucho más de la cuenta, están sin control por parte de la Junta, con lo cual esto también da pie a este tipo de aberraciones”, dice Picazo, que asegura que todo se resume en una prolongada situación de abandono, en la que tanto la compañía como los políticos se han ido echando las culpas.

A la espera de la evolución de este juicio, lo cierto es que los vecinos de la zona norte siguen viviendo su confinamiento en situación de precariedad sujetos a los cortes del suministro eléctrico.

Ignacio Álvarez