9 de febrero de 2020
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Premio Mundo Negro a la Fraternidad 2019

Los granadinos conocen la resolución de conflictos
y rehabilitación de jóvenes en Camerún

El Premio Mundo Negro a la Fraternidad 2019 muestra la confección textil hecha por jóvenes encarcelados de Camerún.

En el marco de su VII Encuentro África, con el lema “#GeneraciónÁfrica. Jóvenes que transforman”.

Un año más, los misioneros combonianos han compartido con los granadinos el testimonio de su Premio Mundo Negro a la Fraternidad. En esta ocasión, en el marco de su VII Encuentro África, celebrado esta semana con el lema “#GeneraciónÁfrica. Jóvenes que transforman”, ha estado en Granada el galardonado, Achaleke Christian Leke, joven camerunés de 29 años, dedicado a la resolución de conflictos, en un país golpeado por el terror de Boko Haram, grupo terrorista de carácter fundamentalista islámico. Christian Leke ha explicado a los granadinos su trabajo por la paz y la rehabilitación de jóvenes, algunos con traumas y graves delitos por su vinculación con el grupo terrorista Boko Haram.

Christian Leke subraya el papel fundamental de los jóvenes, como “agentes de cambio”. Ha sufrido la violencia de su país y decidió en un momento determinado “servir a las personas para construir algo mejor”, apostando por la paz. Fue así como nació la Asociación Local Youth Courner, de la que es Coordinador local. En esta asociación, dirige sus esfuerzos a la formación de jóvenes, a la investigación y a la acción con los gobierno.

“PRISIONEROS EMPRENDEDORES”

Precisamente, con este galardón los misioneros combonianos han reconocido su implicación de forma activa en la resolución de conflictos y rehabilitación de jóvenes, muchos de ellos víctimas de Boko Haram.

En sus proyectos figura el de la rehabilitación de jóvenes en las cárceles, muchos de ellos con graves traumas y con los que ha conseguido que poco a poco la autoestima hacia ellos mismos crezca. Uno de los proyectos se llama “Prisioneros emprendedores”, en el que 300 jóvenes encarcelados, de las 38 prisiones en las que trabaja la Asociación, se dedican a tareas como el trabajo de confección de calzado, textil y bisutería que después venden y se invierte en continuar con su formación y rehabilitación en la sociedad. Una tarea que después les ayuda a ser emprendedores en su rehabilitación en la sociedad.

Christian Leke explicó que este proyecto ha permitido que “crezca así su esperanza, sintiendo que ellos tienen valor y se sienten apreciados”. El trabajo desde la Asociación Local Youth Courner consiste en enseñar habilidades y técnicas, pero sobre todo en acompañarles en un camino de sanación de heridas y traumas que tienen por los delitos cometidos, algunos incluso de sangre. Un aspecto destacado es “que se sientan valorados y que haya confianza en ellos”. En ese camino de humanización hacia ellos mismos y de reconciliación con la familia, que en ocasiones rechazan a los jóvenes por los delitos cometidos, están actividades como la invitación a las familias para visitar a los jóvenes en las cárceles en Navidad y San Valentín. En este contexto, la esperanza se abre paso y poco a poco los jóvenes van cambiando; también sus familias, como el caso de un madre –contó el galardonado- que no quería ver a su hijo por los crímenes cometidos, y tras pagarle el viaje y verle, pidió perdón por no estar cerca de él.

Christian Lele ha sido reconocido por la Commowealth en 2016 como Joven del Año y también se le concedió el Premio a la Excelencia por su trabajo en el campo del desarrollo. Ese mismo año, en el ámbito nacional, recibe el Premio al Joven más influyente de Camerún, y entre 2016 y 2017 su nombre formó parte de los cien africanos más influyentes de África. Hace dos años, en 2018, también recibió el Premio de la Paz de Luxemburgo.

En su recorrido por nuestra diócesis, Christian Leke estuvo acompañado por el director de la revista Mundo Negro, Jaume Calvera, y por el Director del Colegio Comboni de Jartum, padre Jorge Naranjo, donde el 70% del personal es musulmán, así como la mayoría de alumnos, permitiendo una convivencia y respeto mutuo hacia el cristianismo y hacia la tradición religiosa del islam.

Paqui Pallarés