19 de enero de 2020
1314 • AÑO XXVIII

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Sacramentos de vida cristiana

La eclesiología del Concilio Vaticano II

Una explicación más afín con la eclesiología del Concilio Vaticano II trata de armonizar los datos de la moderna investigación sobre el sentido de los términos atar y desatar con una concepción más actualizada de la Iglesia.

ECLESIOLOGÍA
Se mantiene en pie la separación del pecador de la vida litúrgica de la comunidad y su posterior reincorporación, es decir, que atar-desatar no son alternativos sino dos etapas de un mismo proceso. Se trata de una acción que apunta a la necesidad de vivir en verdad y sinceridad la unión con Dios y con los hermanos. La Iglesia tiene la misión de llamar a sus hijos a la conversión y de ayudarlos a recorrer el camino de la reconciliación y de la paz con Dios y con los hermanos.

EL PODER DE PERDONAR Y RETENER LOS PECADOS EN JUAN (Jn 20,23)
El Concilio de Trento concede incluso prioridad a este texto de Juan (DS 1668). Tiene aspectos comunes con los textos de Mateo, como la de atar - desatar y perdonar - retener. Pero el texto de Juan (20,23) no depende del de Mateo (Mt 18,18), sino que se trata de un texto propio de Juan y situado por él en un contexto postpascual. El texto de Juan se sitúa en el contexto de las apariciones de Jesús a sus discípulos después de su muerte y resurrección. Juan dice que Jesús se apareció a los discípulos, no a los Doce. Y esto es importante porque los católicos y los ortodoxos consideran a los apóstoles como los primeros destinatarios de esta misión y poder, mientras que los protestantes dicen que las palabras de Jesús, al ser dirigidas a los discípulos, se refieren a toda la comunidad. 

Los exégetas católicos explican esto diciendo que aunque en esta aparición podría haber otros discípulos (Lc 24,33), sin embargo en la tradición de las apariciones tienen importancia únicamente los Once y, por tanto, las palabras de Jesús irían dirigidas al grupo de los apóstoles, a quienes además comunica el Espíritu. (Jn 20,21-23).

Después del saludo de paz viene el envío. Juan tiene muy presente la relación entre el envío de Cristo por el Padre y el envío de los apóstoles por Cristo y relaciona a ambos con la acción del Espíritu. Por eso dice que Jesús sopló sobre ellos y dijo: “Recibid el Espíritu Santo”. Y esto explica la continuación: “A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos”.

En este texto hay que resaltar dos cuestiones: 1ª) el hecho mismo de perdonar los pecados que pueden realizar los apóstoles en nombre de Jesús; 2ª) la doble expresión perdonar y retener.

Ignacio Fernández
Sacerdote diocesano