19 de enero de 2020
1314 • AÑO XXVIII

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Semana de oración por la unidad de los cristianos

“Nos mostraron una humanidad poco común” (cf. Hch 28, 2)

Del 18 al 25 de enero celebramos la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, cuyos materiales este año han sido preparados por las Iglesias cristianas de Malta y de Gozo (Cristianos Unidos en Malta). El 10 de febrero muchos cristianos en Malta celebran la Fiesta del Naufragio de San Pablo, señalando y dando gracias por la llegada de la fe cristiana a estas islas. La lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles que se utiliza en esta fiesta es la que se ha elegido para la Semana de Oración de este año. La narración comienza con Pablo siendo llevado a Roma como prisionero (Hch 27, 1ss).

Pablo está encadenado, pero aun en la que se volverá una travesía peligrosa, la misión de Dios continua a través de él. Este relato es un drama clásico de la humanidad confrontada con el poder terrorífico de los elementos. Los pasajeros en la nave están a la merced de las fuerzas de los mares debajo de ellos y de la potente tempestad que arrecia encima de ellos. Estas fuerzas los llevan a un terreno desconocido en el que están perdidos y sin esperanza. Las 276 personas de la nave están divididas en grupos bien diferenciados. El centurión y sus soldados tienen el poder y la autoridad, pero dependen de la habilidad y de la experiencia de los marineros. Si bien todos tienen miedo y son vulnerables, los prisioneros encadenados son los más vulnerables de todos. Se puede disponer de sus vidas y corren el riesgo de una ejecución sumaria (22, 42).

Mientras la historia se va desenvolviendo, vemos cómo aumenta la división entre los distintos grupos por la desconfianza y la sospecha. Sin embargo, de modo sorprendente, Pablo destaca como elemento de paz en el alboroto. Él sabe que su vida no está gobernada por fuerzas que son indiferentes a su destino, sino que, al contrario, su vida está en las manos de Dios, al que pertenece y a quien da culto (cf. 27, 23). Gracias a esta fe, Pablo tiene la confianza de que comparecerá ante el emperador en Roma y, sacando fuerzas de ella, puede ponerse en pie ante sus compañeros de viaje y dar gracias a Dios. Todos son reconfortados. Siguiendo su ejemplo, comparten juntos el pan, unidos en una nueva esperanza y confiados en sus palabras. 

Esto pone de relieve un tema principal de este pasaje: la divina providencia. Fue decisión del centurión zarpar con mal tiempo y durante la tempestad los marineros tomaron decisiones sobre el modo de manejar el buque. Sin embargo, al final, sus planes se frustran y solamente estando juntos y dejando que el buque se hunda logran salvar sus vidas gracias a la divina providencia. El buque y toda su valiosa carga se perderá, pero sus vidas se salvarán, ya que “ni un cabello de vuestra cabeza se perderá” (27, 34; cf. Lc 21, 18).

En nuestra búsqueda de la unidad de los cristianos, abandonarnos a la providencia divina requiere que soltemos muchas cosas a las que estamos muy atados. Para Dios lo importante es la salvación de todos. Este grupo de personas tan diverso y desunido va “a parar a alguna isla” (27, 26). Habiendo sido puestos juntos en un mismo buque, llegan al mismo destino, en el que se pone de manifiesto su unidad humana a través de la hospitalidad de los isleños. Al reunirse alrededor de la hoguera, rodeados de personas que no los conocen ni los entienden, las diferencias de poder y de estatus se desvanecen. Los 276 ya no están a merced de fuerzas indiferentes, sino que son abrazados por la providencia amorosa de Dios que se hace presente a través de personas que les tratan con “una solicitud poco común” (28, 2). Mojados y con frío, se pueden calentar y secar al lado de la hoguera. Hambrientos, se les da comida. Se les da cobijo hasta que puedan volver a emprender su viaje con seguridad.

Hoy en día muchas personas se enfrentan a los mismos miedos en los mismos mares. Los mismos sitios que se nombran en la lectura (27, 21; 28, 1), aparecen también en las historias de los emigrantes de hoy. En otros lugares del mundo muchos otros emprenden viajes igualmente peligrosos por tierra y por mar para escapar de catástrofes naturales, de guerras y de la pobreza. También sus vidas están a la merced de inmensas fuerzas, frías e indiferentes, no solo pertenecientes a la naturaleza, sino también políticas, económicas y humanas. Esta indiferencia del ser humano asume varias formas: la indiferencia de aquellos que venden plazas a personas desesperadas en buques que no son aptos para navegar; la indiferencia de los que deciden no mandar naves de rescate; y la indiferencia de los que alejan de sus costas a pateras con emigrantes. 

Estos son solo algunos ejemplos. Como cristianos unidos que enfrentan la crisis migratoria, esta historia nos reta: ¿nos unimos a las frías fuerzas de la indiferencia o mostramos “una solicitud poco común”, haciéndonos testigos de la providencia amorosa de Dios para todas las personas? Es muy necesaria la virtud de la hospitalidad en nuestra búsqueda de la unidad de los cristianos. Es un hábito que nos invita a una mayor generosidad para con los que pasan necesidad. Las personas que trataron con una solicitud 15 poco común a Pablo y a sus compañeros no conocían aún a Cristo y, sin embargo, fue a través de su trato poco común que un grupo dividido se fue uniendo.

Nuestra propia unidad cristiana se manifestará no solamente mostrando hospitalidad unos con otros, por muy importante que esto sea, sino también a través de encuentros cordiales con aquellos que no comparten nuestra lengua, cultura o religión. En estos viajes tempestuosos y encuentros casuales la voluntad de Dios para su Iglesia y para todas las personas llega a su plenitud. Como proclamará Pablo en Roma, esta salvación de Dios ha sido ofrecida a todos los pueblos (cf. Hch 28, 28).

Las reflexiones para el Octavario y para la celebración ecuménica se inspiran en el texto del libro de los Hechos de los Apóstoles.

Los temas para el Octavario son:

Día 1: Reconciliación: Tirar la carga por la borda
Día 2: Iluminación: Buscar y mostrar la luz de Cristo
Día 3: Esperanza: El mensaje de Pablo
Día 4: Confianza: No temáis; creed
Día 5: Fortaleza: Partir el pan para el viaje
Día 6: Hospitalidad: Mostrar una solicitud poco común
Día 7: Conversión: Cambiar nuestros corazones y nuestras mentes
Día 8: Generosidad: Recibir y dar.

 

La diócesis celebra la Semana de Oración por la unidad
de los cristianos del 18 al 25 de enero

Nuestra diócesis se une a la celebración del 18 al 25 de enero la Semana de Oración bajo el lema: Nos mostraron una humanidad poco común organizada por la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales.

La diócesis de Granada se suma a la Semana de Oración por la unidad de los cristianos desde el sábado, día 18, y que en esta ocasión se inspira en la narración de la tempestad que sufrió la nave que llevaba a san Pablo a Roma con algunos prisioneros y que acabaron socorridos en Malta "con verdadera humanidad por los nativos de la isla" y por el personaje principal, Publio, que acogió en su propia casa a los náufragos y los auxilió hasta la admiración. Un relato de gran actualidad si pensamos en las travesías de los emigrantes y refugiados en busca de puerto seguro en el Mediterráneo. Miles de ellos huyen de sus países de origen perseguidos por su fe o sus ideas.

PROGRAMA DE ACTIVIDADES

Dentro del programa organizado para participar en este octavario de oración las actividades comienzan el sábado, día 18, con la celebración de la Eucaristía a las 20 horas en la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y también el domingo, día 19, se celebrará una Eucaristía a las 13 horas en la Basílica de Nuestra Señora de las Angustias

La próxima semana las actividades serán las siguientes:

- Lunes, 20 de enero:

Oración ecuménica en la parroquia del Espíritu Santo a las 19 horas.
 
- Martes, 21 de enero:
Oración por la unidad en la cripta de Fray Leopoldo, en la parroquia de la Inmaculada, a las 20 horas. 

- Miércoles, 22 de enero:
Eucaristía a las 19 horas en la parroquia de San Juan María Vianney.

- Jueves, 23 de enero:
Oración ecuménica a las 20:30 horas en la iglesia de San Francisco.

- Viernes, 24 de enero:

Oración por la unidad a las 19:30 horas en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora de Cúllar Vega

- Sábado, 25 de enero:

Eucaristía a las 8:15 horas en el Monasterio de la Visitación (Salesas) y celebración ecuménica a las 19:30 horas en la Iglesia Evangélica Española ubicada en el Callejón del Pretorio 11.

María José Aguilar