22 de diciembre de 2019
1310 • AÑO XXVIII

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Belén bíblico monumental en Alhama  

“El Belén siempre ha ocupado un lugar importantísimo en mi casa”

El párroco de Alhama de Granada, D. Víctor Manuel Valero, nos cuenta de donde le viene su afición al belenismo y cómo ha ido creciendo este Belén bíblico monumental en Alhama con el paso del tiempo hasta haberse convertido en uno de los más grandes de España.

¿De dónde nace esta tradición del Belén monumental en Alhama de Granada?

Pues desde que llegué a Alhama como vicario parroquial y ya después como párroco, empecé a montarlo en el Convento de San Diego con las hermanas clarisas y poco a poco fue aumentando de tamaño, de proporciones y de figuras hasta que ha llegado a ser de los más grandes de Andalucía y también de España. Tiene 250 metros cuadrados y podemos contemplar todas las escenas del Nacimiento de Jesús, pues es un Belén bíblico desde el principio hasta el final. Esa es su finalidad y ese es su objetivo, que la gente se acerque al nacimiento de Jesús.

¿Cuántas personas han participado en el montaje?

Hemos estado un grupo de 6 personas, muchas veces 7, desde el mes de octubre todas las tardes y todas las noches echándole muchas horas para construir y a ir poco a poco montando ese proyecto de Belén que al principio teníamos en mente y que ya después de 3 meses ha sido una realidad. Ha sido una gozada poder trabajar junto a esta gente de la parroquia porque se han implicado más que yo incluso, con más ilusión que yo, y han hecho que la obra que comenzamos en octubre ya salga a la luz.

¿Cómo ha ido creciendo este Belén bíblico monumental a lo largo de los años?

Al principio empezaba yo en los ratos libres que tenía, durante las noches, empezaba yo porque la afición era mía. Pero poco a poco, después del paso de los años, la gente se puso a ayudar. Gente que a veces está un poco más libre, jubilada, y que este año han estado más implicados que yo, que he tenido que estar con la pastoral, la catequesis, las misas, los entierros, los enfermos… Los que han estado fijos con el Belén han sido ellos.

Yo me quedaba todas las noches haciendo cosas para que al día siguiente tuviesen trabajo para pintar, para extraer escayola, para hacer ventanas, para hacer ventanas, para hacer tejados… pero han sido ellos los que han estado al pie del cañón.


¿Qué pasa por su cabeza después de pasarse tres meses montando un Nacimiento así?

Pues es una satisfacción porque ves desde cero lo que estás construyendo y cuando pasan tres meses te sorprendes viendo qué cosa tan bonita hemos hecho, todo para que la gente disfrute del Nacimiento de Jesús y podamos contemplarlo, que es lo principal de estas fiestas.

Este año además hemos cambiado local, pues antes se hacía en el convento y como ya no podíamos estar allí por un motivo u otro, pues el Ayuntamiento nos cedió otro sitio, que era un antiguo cine, con una superficie enorme de espacio. Hemos empezado desde cero y lo cierto es que desde cero todo esto se ve mucho mejor. Otros años he dejado unas partes y quitado otras, he cambiado algunas, pero este año hemos ido desde la base hasta el techo entero desde cero. Así que hemos visto poco a poco cómo se ha ido armando ese Belén y hemos disfrutado de ese esfuerzo, esa ilusión, de ese trabajo y de ese cariño con el que se ha hecho el Belén.

¿Qué hay que hacer para visitarlo?

Pues venir aquí en su horario de apertura todas las tardes desde las 17 hasta las 20 horas o también llamarme a mí o a la oficina de turismo para que puedan hacer una visita fuera de hora. A visitarlo vienen muchas parroquias, vienen colegios y mucha gente los sábados y domingos por las mañanas sobre todo, que es cuando hay más turismo en Alhama.


¿Y de dónde nace esta querencia suya por los grandes Belenes? 

Pues porque en mi casa el Belén siempre ha tenido mucha importancia. Mi hermano, mi madre y mi padre siempre han tenido un espacio enorme para hacer el Belén ¡aunque nunca tan grande como este!

El Belén siempre ha ocupado un lugar importantísimo en mi casa y así el montar en Belén en familia ha estado muy presente en mi casa, y una vez que fui sacerdote pues yo seguí la tradición. Poco a poco ya fui agrandando, comprando más figuras, complementos hasta llegar a ser lo que es hoy, un gran Belén.

Ignacio Álvarez